Cuando se dio cuenta de que su vientre crecí­a, habló con sus amigas, las cuales le aconsejaron deshacerse del niño, pues le traerí­a grandes problemas.

Pero su madre, una mujer soltera que habí­a logrado criarla con inmensos sacrificios, se dio cuenta de su embarazo, y con dureza, pero con mucha ternura, le pidió que asumiera su responsabilidad.

Alitza, llena de temores, le contó a su mamá las sugerencias que le habí­an hecho sus amigas, pero su madre le dijo:

-Si yo hubiera seguido los consejos de mis amigas, tú jamás habrí­as nacido, y ni tú ni yo serí­amos tan felices.

SIEMPRE ES MEJOR, HACER LO CORRECTO.