Las Naciones Unidas y el Banco Mundial (BM) se comprometieron ayer junto a los países en desarrollo a recuperar los fondos fraudulentamente adquiridos por sus ex gobernantes.
Unos 40.000 millones de dólares son saqueados cada año en los países más pobres del planeta, a menudo por personas que figuran en los más altos niveles del Estado, dijeron la ONU y el BM en el lanzamiento de su «Iniciativa para la Recuperación de los Activos Robados» (Star por sus siglas en inglés).
«Esta iniciativa favorecerá la muy necesaria cooperación entre países desarrollados y países en desarrollo, entre el sector público y el privado, para que los activos robados vuelvan a sus legítimos propietarios», indicó el secretario general de la ONU, Ban ki-Moon.
«No debe haber santuarios para los que roban a los pobres», agregó el nuevo presidente del BM, Robert Zoellick. Esta iniciativa es, según él, una advertencia a los dirigentes corruptos, para decirles «que no escaparán a la ley».
«Con cada cien millones de dólares recuperados, se podría financiar la vacunación completa de cuatro millones de niños, el acceso al agua de 250.000 hogares o el tratamiento contra el HIV/Sida de 600.000 personas durante un año», explicó a la prensa Daniel Leipziger, vicepresidente del BM a cargo de la reducción de la pobreza y de la gestión económica.
La nueva iniciativa prevé la colaboración entre el BM y la Oficina de Drogas y Crímenes de las Naciones Unidas para ayudar a los países en desarrollo a poner en funcionamiento instituciones capaces de «detectar e impedir los flujos de dinero ilegal, reduciendo así la posibilidad de que esos fondos sean robados», agregó Leipziger.
El BM también presionará a los países desarrollados para que adopten «las normas más estrictas» en materia de blanqueo de dinero sucio.
Ngozi Okonjo-Iweala, ex ministra nigeriana de Finanzas activamente implicada en la recuperación de 500 millones de dólares robados por el dictador Sani Abacha, estimó que la iniciativa Star constituía un «reequilibrio» de las responsabilidades del Norte y el Sur en la lucha contra la corrupción.
«Los países en desarrollo tienen necesidad de luchar contra la corrupción y detener el flujo de fondos ilegales y los países desarrollados deben actuar de modo que en su casa no haya santuarios para esos fondos», explicó.
Okonjo-Iweala pidió a la ONU y al BM que presionaran a sus miembros para que todos ratifiquen la Convención contra la Corrupción de la ONU (UNCAC), que entró en vigor a fines de 2005 y que obliga a los países firmantes a enviar el dinero ilegalmente adquirido a sus países de de origen.
Varios países del G8 –entre ellos Alemania, Canadá, Italia y Japón– siguen sin ratificar la UNCAC, al igual que algunos importantes centros financieros, como Luxemburgo, Irlanda y Suiza.
Suiza anunció hoy que estaba dispuesta a cooperar con el Banco Mundial y la ONU para ayudarles a recuperar fortunas acumuladas ilícitamente por ex dictadores de países en vías de desarrollo.
«Suiza tiene todo el interés de impedir que fondos de origen criminal culminen en su sistema financiero», indicó en un comunicado el ministerio suizo de Relaciones Exteriores.
Rompiendo con una tradición de secreto bancario que la transformó en uno de los cofre-forts preferidos de los dictadores, desde hace una década Suiza «implementó medidas eficaces de prevención, rastreo, congelamiento y restitución» de los haberes fraudulentos.
«Suiza efectuó estos últimos años restituciones por 1.600 millones de dólares», precisaron las autoridades.
Suiza prolongó recientemente el congelamiento de fondos del ex dictador haitiano Jean-Claude «Bébé Doc» Duvalier, estimados en 7,6 millones de francos suizos (4,6 millones de euros).
Unos 40.000 millones de dólares son robados cada año en los países más pobres del planeta, la mayoría de las veces por personas que se hallan en las máximas esferas del Estado, según la ONU y el BM, que lanzaron el lunes una «iniciativa para la recuperación de los activos robados» (STAR, según sus siglas en inglés).