El gobierno español esperaba hoy la reacción de ETA, tras haber enterrado oficialmente el proceso de paz iniciado con la organización independentista armada vasca, tras el brutal atentado cometido el sábado en el aeropuerto de Madrid, entre cuyos escombros todavía se buscan a dos ecuatorianos.
Contrariamente a su costumbre, el grupo armado no alertó anticipadamente sobre la ruptura de su «alto el fuego permanente», declarado en marzo de 2006, y no comunicó nada hasta ahora sobre su último atentado.
Varios responsables de Batasuna, considerado el brazo político de ETA, insistieron hoy en que, según ellos, el proceso de paz no fue «roto» y que ETA no decretó oficialmente el final de la tregua.
Xabier Larralde, miembro de la mesa nacional de Batasuna, «reafirmó que el proceso de paz no se ha roto», en una conferencia de prensa en Bayona, en el País Vasco francés, una copia casi de las declaraciones realizadas la noche del atentado por el portavoz emblemático de Batasuna, Arnaldo Otegi.
Joseba ílvarez, miembro ejecutivo de Batasuna, reconoció que el atentado «no facilitaba el proceso» de paz.
«í‰ramos conscientes en septiembre que había una crisis», dijo el responsable de Batasuna, haciendo referencia al bloqueo registrado a partir del verano (boreal) en un proceso de paz iniciado tras la declaración del «alto el fuego permanente» del 22 de marzo del 2006 por parte de ETA.
Asimismo afirmó que los representantes de Batasuna en diciembre ya advirtieron que «la situación no era la deseable» y añadió que «de ahí a que se produjera un atentado como el de Madrid, yo creo que eso no se lo esperaba nadie», afirmó.
El responsable de Batasuna –partido considerado como la vitrina política de ETA– insistió en que el grupo armado «no dijo haber roto» el alto el fuego y que por ahora no lo había «difundido, ni comunicado, ni nada».
Otro dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, afirmó que no había «ninguna certeza que el alto el fuego permanente haya sido roto».
Sin esperar el anuncio oficial de ETA de la ruptura de su propia tregua, el gobierno socialista español decretó oficialmente, ayer, el final del proceso de paz iniciado hace nueve meses, en respuesta a la intensa presión ejercida por la oposición de derecha para poner fin definitivamente al diálogo.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo en conferencia de prensa que el proceso estaba «roto, liquidado, acabado».
Entre tanto, los bomberos madrileños continuaban buscando hoy, entre los escombros del aeropuerto, a dos ecuatorianos considerados desaparecidos tras la explosión de una furgoneta cargada de explosivos en un estacionamiento de la terminal 4 de Barajas.
Los dos ecuatorianos, que dormían en sus coches donde esperaban a familiares que llegaban en uno de los vuelos, podrían haber resultado totalmente calcinados, según el jefe de las emergencias y Protección civil de Madrid, Alfonso del ílamo.
Las temperaturas alcanzaron los milgrados Celsius con la explosión y los cuerpos probablemente se quemaron, lo que complica considerablemente la búsqueda e identificación posterior, explicó.
En el lugar del atentado –ya bautizado «Zona Cero» por medios españoles en referencia al «Ground Zero» de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York–, los bomberos se turnan para hacer un trabajo de hormigas con la esperanza de hallar rastros de los desaparecidos.
En el resto de la terminal 4 del aeropuerto madrileño, la actividad va recobrando su normalidad y el cordón de seguridad instalado por la policía en las proximidades de la explosión se convirtió en un paso obligado para viajeros y empleados de la terminal.
Si los dos ecuatorianos fueran hallados muertos, se trataría de las dos primeras víctimas mortales de ETA desde 2003.