Pese a que ya está vigente la ley que regula las escuchas telefónicas para combate del crimen, esta práctica no está siendo realizada, debido a que aún no se cuenta con el equipo necesario.

Con equipo de alta tecnologí­a y el apoyo de empresas telefónicas, el Ejecutivo pondrá en marcha un proyecto para mantener el control de conversaciones telefónicas.

El presidente ílvaro Colom indicó que ayer sostuvo una reunión «positiva» con las empresas de telefoní­a que operan en el paí­s, las cuales ya están efectuando inversiones para adquirir el equipo necesario para colaborar con el gobierno en el proyecto de «escuchas telefónicas».

«Se está cotizando el equipo de más alta tecnologí­a», declaró Colom, quien aclaró que las intervenciones telefónicas se realizarán «sólo por orden de juez» y en casos que realmente ameriten una investigación profunda y ajena a intereses individuales.

La ley permite que el Gobierno investigue las telecomunicaciones cuando existan indicios de amenazas a la seguridad nacional, por lo que ya existe una importante coordinación entre la presidencia, el Ministerio de Gobernación y el Ministerio Público.

De acuerdo con Colom, el gobierno utilizará la inteligencia civil para efectuar investigaciones en diversos casos que afecten a la seguridad nacional, como ya está ocurriendo en los casos de asesinatos de pilotos de autobuses del servicio de transporte público.

En ese aspecto, indicó que se han reportado casos en los que se ultima a los conductores de los automotores pese a no haber sido ví­ctimas de amenazas o extorsiones previamente, lo cual supondrí­a que las acciones de violencia forman parte de un plan para desestabilizar al Gobierno.

Fuentes del sector transportista, que prefieren no ser identificados, refieren que los pandilleros asesinan a los pilotos de buses cuando los empresarios del transporte se niegan a pagar las extorsiones.

Finalmente Colom, indicó que iniciará un proceso de licitación de los artefactos para realizar las escuchas; esto se realizará de forma transparente y a la vez con reservas para evitar ser ví­ctimas de sabotaje.