El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo hoy que esperaba pronto un compromiso para un aumento «considerable» de tropas en Afganistán, pero enmarcado en una estrategia para transferir la seguridad a los afganos a partir de 2010.
Rasmussen precisó que preveía un acuerdo sobre un aumento del contingente internacional «en unas semanas», en un discurso ante la Asamblea Parlamentaria de la Alianza Atlántica, reunida desde el viernes en Edimburgo (Escocia).
Sus declaraciones se producen sólo horas después de que el primer ministro británico Gordon Brow abogara en Londres por un calendario que fije el inicio de la transferencia de poderes a partir de 2010.
Por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, debe anunciar próximamente su futura estrategia para Afganistán y un eventual aumento del número de tropas norteamericanas que representan la gran mayoría de los 100.000 hombres desplegados en el país centroasiático en el marco de la coalición multinacional.
En su discurso, Rasmussen preconizó para los países miembros de la OTAN un «plan antiinsurgente, con un aumento considerable de tropas» destinado a proteger a los afganos y su desarrollo.
«Podemos, y debemos comenzar el año que viene a transferir más responsabilidades importantes a las fuerzas afganas en materia de seguridad», agregó Rasmussen. «Lo haremos de manera coordinada, allá donde las condiciones lo permitan, y eso nos dará la posibilidad de evolucionar progresivamente hacia un papel de apoyo», frente al de combate actual.
Sus comentarios coinciden con la propuesta de Brown, que el lunes por la noche sugirió que el calendario para transferir la seguridad distrito por distrito, idealmente a partir de 2010, podría estar establecido a comienzos de año.
Rasmussen saludó estos «pasos concretos» pero indicó que los miembros de la OTAN deben aumentar también su compromiso a corto plazo.
«Ambos son realistas y alcanzables, pero no se pueden hacer sin pagar», estimó. «Si queremos hacer menos en el futuro, deberemos hacer más ahora».
El secretario general de la OTAN agregó que «si nos marcháramos y diéramos la espalda a Afganistán, Al Qaida regresaría inmediatamente» y establecería una base para sus ataques, provocando inestabilidad en toda la región.
El que piense de otra manera, «no vive en el mundo real», agregó.
Unos 257 parlamentarios de los 28 países miembros de la OTAN estaban reunidos desde el viernes en la capital escocesa para elaborar recomendaciones para la Alianza, en presencia de delegados de otros países.
En un discurso dedicado igualmente a Afganistán, el ministro de Relaciones Exteriores británico señaló a la conferencia que un aumento del número de tropas debería ir acompañado de un nuevo impulso en el frente político.
Insistiendo en que no puede haber sólo una solución militar, declaró que los aliados tenían que impulsar la gobernanza en las provincias afganas, dividir la insurgencia talibán y permitir que sus vecinos desempeñaran un mayor papel.
«Tendremos éxito en Afganistán sólo cuando nuestros recursos y sistemas de desarrollo estén alineados con una clara estrategia política», agregó,
«Si no lo hacemos correctamente, nuestras fuerzas podrán suprimir los cánceres de la insurgencia y la inestabilidad pero no abordar sus causas», agregó anunciando de paso que esta semana viajará a Afganistán para asistir a la investidura del presidente Hamid Karzai para un segundo mandato.