Especulación denunciada por Colom


No tengo la mí­nima idea de hasta dónde impactan los discursos que emiten ante las Asambleas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) los presidentes de los Estados pobres y débiles como Guatemala.

Roberto Arias

Pero puede inferirse que los pronunciamientos que se hagan en esas instancias entren por un oí­do de la audiencia e inmediatamente salgan por el otro, sin que se realice labor alguna para promover o fortalecer las debilidades denunciadas por los paí­ses más pobres del planeta. En ese sentido no se han visto acciones sólidas y de fondo que afecten positivamente a Guatemala y a su población.

Sí­ recuerdo que hace unos veinte años, cuando fui a hablar a la sede de las Naciones Unidas en Guatemala, sobre un proyecto serio y perfectamente fundamentado en una Convención de la ONU, para la protección de la Reserva de la Biosfera Maya; la encargada de Medio Ambiente residente en Guatemala, una mujer inglesa vestida con traje safari cuyo nombre no recuerdo, me concedió diez minutos de su valioso tiempo para que le expusiera el proyecto y seguidamente me dijo muy rápidamente que la ONU no tení­a dinero y dio por concluida la cortí­sima entrevista. Seguramente ni siquiera entendió sobre qué le estaba yo hablando.

El Diario La Hora del 26 de agosto de 2008, página 7, nos dice en una nota de Javier Estrada Tobar, que el presidente ílvaro Colom «…anticipó que se realizará un pronunciamiento conjunto con el resto de presidentes centroamericanos, para mostrar su oposición a la especulación en el precio del crudo y de las materias primas para la generación de combustibles, que tienen efectos negativos en los paí­ses más pobres.

El mandatario manifestó que la unión de los presidentes del Istmo en la ONU sumarí­a relevancia al pronunciamiento, por lo que buscarí­a llegar al consenso con sus homólogos vecinos para concretar su presentación.»

Esta iniciativa presidencial refleja lo que algunos columnistas de prensa hemos expresado en múltiples oportunidades, precisamente porque la especulación internacional y la doméstica se han disparado desenfrenadamente al grado que la inflación provocada tiene la capacidad de, literalmente, matar de hambre a una buena porción de seres humanos en el planeta, además que junto a la desnutrición, las tasas o í­ndices de violencia obviamente se multiplicarán en Guatemala y a nivel latinoamericano.

Latinoamérica está iniciando una etapa de unificación con la idea de la no dependencia directa de los paí­ses más poderosos. Creo que el fortalecimiento de esas iniciativas es conveniente para la emancipación comercial de nuestros paí­ses y, particularmente, para la defensa de las reservas de los recursos naturales que existen en éstos y que, de no tener una fuerza emancipadora que nos respalde, se los seguirán llevando de una manera abusiva con la participación de los vende patrias, como ílvaro Arzú, í“scar Berger Perdomo y demás coyotes, sin dejar las utilidades pertinentes al paí­s, con el fin de que éstas sirvan para sostener su desarrollo.

Si el presidente ílvaro Colom denuncia ante la ONU sobre la pauperización a la que nos somete, como región, la especulación energética mundial y, las terribles consecuencias socioeconómicas a las que ya nos vemos sometidos, creo que estará cumpliendo con una de sus más significativas promesas de su campaña: La defensa de los intereses de Guatemala, de los pobres de Guatemala y de la región latinoamericana. Ojalá ahora sí­ escuchen en la ONU.