España vive un cuento de hadas


La selección española de fútbol vive en una especie de cuento de hadas en la Eurocopa-2008, en la que disputará el domingo la final contra Alemania en Viena, tras haber sepultado buena parte de los fantasmas del pasado.


Después de ganar con autoridad la primera fase derrotando a sus tres rivales, Rusia (4-1), Suecia (2-1) y Grecia (2-1), España tení­a la prueba más difí­cil en cuartos de final, una barrera que no superaba desde hací­a 24 años, y además su rival era Italia, su eterna bestia negra.

Contra Italia, a la que no ganaba en partido oficial desde 1920, fue incapaz de marcar pero mostró una seguridad defensiva que nunca habí­a exhibido antes.

Los «azzurri» fueron incapaces de marcar y con el empate a cero, en los penales, España se impuso pese a que habí­a caí­do de esa forma y en esa instancia en los Mundiales de 1986 y 2002 y en la Eurocopa de 1996.

Pero lo más sorprendente de España es la cantidad de variantes que tiene. Si se lesiona David Villa, que no jugará probablemente la final de la Eurocopa por un problema muscular, puede susituirle Cesc Fábregas, el cerebro del Arsenal, o Dani Gí¼iza, máximo goleador de la Liga española con 27 tantos.

Una de las causas que el técnico y los jugadores explican para encontrar las razones del éxito es la unidad del vestuario.

«Nunca habí­a entrenado a un grupo humano tan bueno», explicó Luis Aragonés, que dejó al madridista Raúl González fuera de la lista de 23 jugadores, remando contra viento y marea frente al sentir de buena parte de la opinión pública.

Esas palabras fueron refrendadas por los futbolistas. «La clave del éxito es el buen ambiente que hay en este grupo de gente», dijo el centrocampista Xavi Hernández.

España posee una delantera muy peligrosa, con David Villa y el atacante del Liverpool Fernando Torres, con Gí¼iza y Sergio Garcí­a, subcampeón mundial sub-20 en 2003, como alternativas.

Su centro del campo está tan poblado que el suplente de Marcos Senna como centrocampista defensivo es Xabi Alonso, el volante del Liverpool.

Además, el juego de toque de la selección española, con tres jugadores técnicos como Xavi Hernández, David Silva y Andrés Iniesta hace que Cesc Fábregas se haya tenido que conformar con el banquillo, pese a que sale casi siempre en las segundas partes.

Además, sus jugadores tienen una polivalencia, como en el caso de David Villa, Andrés Iniesta o David Silva, que les hace imprevisibles para entrenadores tácticos como Guus Hiddink, cuya selección rusa recibió siete goles en dos partidos (4-1 en la primera fase y 3-0 en la semifinal).

A todos esos fantasmas que han sido expulsado del cuento de hadas español después de décadas de decepciones se añade una defensa bastante segura, que encajó sólo tres goles en la primera fase y ninguno en cuartos de final y semifinal.

Joan Capdevila y Sergio Ramos, dos laterales con gol, suben y bajan sin que el contrario les pueda sorprender y la seguridad de Carlos Marchena, campeón mundial sub-20 en 1999, y Carlos Puyol como centrales, ha sido una de las notas positivas de este equipo, ante los miedos y las crí­ticas existentes.

Por otra parte, la mayorí­a de los jugadores de la selección española ha ganado campeonatos de Europa y Mundiales juveniles y se conocen desde hace tiempo, forjando una mentalidad ganadora.

«Son chicos que ya han estado en Mundiales y han ganado cosas en sus clubes y eso es una ventaja. Un equipo que se precie tiene que ir convencido de que va a ganar y ellos no piensan en otra cosa», explicó Luis Aragonés.

El cuento de hadas español espera ahora encontrar un final feliz contra Alemania en la final del domingo. El hecho de haber sepultado los fantasmas que atormentaban al futbolista español desde hace décadas les ha podido liberar, ya que no tienen nada que perder ante un equipo de la historia de Alemania.