Una caída récord en ventas al por menor se sumó hoy a los problemas de España en momentos en que el país lucha por contener la crisis que paraliza su sector bancario y los inversionistas permanecían cautelosos de la capacidad del país para manejar su deuda.
Las ventas minoristas cayeron un 9,8% en abril en la tasa interanual sobre una base ajustada por temporada, mientras el país enfrenta su segunda recesión en tres años y una tasa de desempleo de 24,4% que se espera aumente. La caída en las ventas fue el 22do mes consecutivo de declive, y fue más del doble del descenso de 3,8% registrado en marzo, informó el martes el Instituto Nacional de Estadística.
El gobierno conservador del país ha introducido duras medidas de austeridad — incluyendo recortes en el gasto en salud y educación — en un intento por controlar el nivel de su deuda. También está tratando de tranquilizar a los inversionistas preocupados de que los problemas del sector bancario va a arrastrar al país a un rescate financiero como el que necesitaron Grecia, Irlanda y Portugal.
A finales de la semana pasada Bankia, el cuarto banco más grandes de España, anunció que serían necesarios otros 19.000 millones de euros (23.880 millones de dólares) en ayuda estatal para reforzar sus defensas frente a las pérdidas de sus préstamos tóxicos. La noticia del rescate, y la preocupación por cómo el gobierno recaudaría el dinero, arrastró el principal índice español, el IBEX 35, a la baja a mínimos de nueve años el lunes, y los costos de endeudamiento hasta niveles peligrosamente altos.
En un intento por calmar las preocupaciones, el primer ministro Mariano Rajoy dio una improvisada conferencia de prensa el lunes, en la que insistió una vez más que el sector bancario de España no necesitará un rescate.