España se va quedando sin mujeres en Roland Garros


La española Carla Suárez devuelve una pelota a Victoria Azarenka en el estadio de Roland Garros.

España se quedaba hoy sin representantes en el cuadro femenino de Roland Garros, tras las derrotas en tercera ronda de Carla Suárez y Lourdes Domí­nguez, en espera de una improbable victoria de Marí­a José Martí­nez ante la estadounidense Serena Williams, número dos mundial.


Carla Suárez, cabeza de serie número 22 del torneo, dijo adiós a la tierra batida parisina al inclinarse en tres mangas por 5-7, 7-5 y 6-2 ante la bielorrusa Victoria Azarenka, novena favorita, a pesar de haber ganado el primer set.

La canaria de 20 años no podrá repetir su gran actuación del año pasado, cuando llegando desde la fase previa avanzó hasta los cuartos de final en su primer torneo «grande», sorprendiendo a propios y extraños.

En la reanudación del partido interrumpido por la falta de luz el viernes por la noche cuando cada una se habí­a adjudicado un set, Carla Suárez no pudo con la bielorrusa, que pronto se puso 4-1 arriba en la tercera manga, le quebró el servicio para poner el 5-2 y sentenció el partido tras dos horas y 35 minutos de juego.

Afincada en Barcelona, la canaria es actualmente la segunda raqueta española después de Anabel Medina, número 20 en el ranking WTA, eliminada el jueves en segunda ronda al igual que Virginia Ruano, con quien intentará revalidar su tí­tulo en dobles.

Carla Suárez, 22ª jugadora mundial, era una de las tres españolas que seguí­an en liza en la tercera ronda del torneo de Grand Slam en tierra batida.

Tras su derrota, Lourdes Domí­nguez perdió ante la canadiense Aleksandra Wozniak, cabeza de serie número 24, por 6-2, 3-6 y 6-3.

La española, número 87 mundial a sus 28 años, puede irse satisfecha de haber ganado su primer partido y haber alcanzado la tercera ronda en un torneo en el que perdió de entrada en sus dos participaciones anteriores, en 2006 y 2007.

Así­ las cosas, España no tiene apenas esperanzas de meter una representante en octavos, ya que a Marí­a José Martí­nez le esperaba a última hora un hueso duro de roer: Serena Williams.