España colocó hoy bonos a 10 y 15 años por un total de 2.400 millones de euros (3.200 millones de dólares), con una fuerte demanda pero a tasas en fuerte alza que tocaron un nivel récord desde 2000, tras la advertencia de la agencia Moody»s sobre la nota de su deuda soberana.
Convencida de que la deuda española sigue atrayendo a los inversores, que fueron numerosos en participar en la emisión –con una demanda total de 4.544 millones de euros– España logró su objetivo de colocar entre 2.000 y 3.000 millones de euros, según el ministerio de Economía.
Para la emisión a 10 años, el Tesoro emitió 1.782 millones de euros a un tipo medio de 5,446%, en fuerte alza respecto a la última subasta, del 18 de noviembre (4,615%), pero en la línea del cierre del miércoles (5,452%).
En cuanto a los bonos a 15 años, colocó 619 millones de euros a un interés del 5,953%, también muy superior al de la última emisión (4,541%, del 21 de octubre) y similar al cierre del miércoles (5,984%).
Tras haber resistido algunos minutos en positivo, el índice Ibex-35 de la Bolsa de Madrid perdía 0,52% a las 12H15 (11H15 GMT), cayendo por debajo del nivel simbólico de los 10.000 puntos.
Con intereses por encima del 5%, un nivel jamás alcanzado desde 2000, la presión sobre España es más fuerte que en la primavera (boreal), cuando el país sufrió el huracán de pánico de los mercados tras el plan de rescate griego.
La situación se había calmado durante el pasado verano, permitiendo al país financiarse a un costo menor.
Pero el rescate de Irlanda en noviembre dio paso a un renacimiento de las dudas de los mercados, que temen un contagio de Portugal y España, y los tipos de interés españoles volvieron a trepar.
La ministra de Economía, Elena Salgado, anunció recientemente que el país «reduciría levemente» el monto de estas emisiones hasta fin de año, destacando el «costo más elevado» registrado en las últimas semanas.
El Tesoro también padeció las advertencias de la agencia de calificación Moody»s, que anunció el miércoles que estudiaba bajar nuevamente la nota «Aa1» de España, dudando sobre su capacidad para financiarse.
Sin embargo, Moody»s aseguró que consideraba al país «mucho más sólido» que Irlanda o Portugal y también dijo que su examen «terminará muy probablemente manteniendo la nota de España en la categoría «Aa»».
«Yo espero que antes de tres meses podamos dar argumentos suficientes para que esa perspectiva negativa se convierta en positiva», reaccionó Elena Salgado.
Pero pocas horas después del anuncio de Moody»s, otra agencia, Fitch, aportó otro golpe duro, rebajando un escalón la nota a largo plazo de la Confederación española de Cajas de ahorro (Ceca), de «AA-» a «A «, con perspectivas negativas.
Todavía le queda a España una última prueba obligatoria antes de concluir el año: el 21 de diciembre, el Tesoro tiene prevista una emisión de bonos a 3 y 6 meses.
Pero el 2011 también promete con ser complicado.
«Prevemos que las tensiones seguirán a inicios del 2011 ya que las recientes emisiones deberán ser absorbidas por el mercado y el apetito no es muy fuerte ante los bonos europeos por ahora», declaró en Dow Jones Newswires, Ioannis Sokos, analista del BNP Paribas.
«En el frente de las emisiones, la calma vendrá las próximas semanas, pero la presión volverá más fuerte a principios del año próximo», añadió Jan von Gerich, el máximo analista del banco Nordea.