El crecimiento de la economía española, una de las más dinámicas de Europa, se desaceleró por la moderación del gasto de las familias y el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó un 0,8% en el segundo trimestre, según los datos publicados hoy.
En términos anuales, el crecimiento es del 4%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en el primer trimestre, el PIB aumentó un 1,1% (siempre en relación con el trimestre anterior) y al 4,1% anual.
Estos datos confirman la estimación publicada el 6 de agosto por el Banco de España.
«Esta cifra (del 0,8%) muestra un suave perfil de desaceleración del crecimiento de la economía española como consecuencia, fundamentalmente, de una menor aportación de la demanda nacional», según el INE.
Hasta ahora, el robusto crecimiento nacional se sostenía principalmente por el consumo de los hogares, pero la burbuja inmobiliaria y el alza de los tipos de interés (en un país donde la mayoría de los créditos son a interés variable) llevó a un endeudamiento récord de las familias.
En consecuencia, los españoles consumen menos y el gobierno estima que esta desaceleración permitirá reequilibrar el perfil del crecimiento español, desequilibrado principalmente debido a un alto déficit comercial.
«La economía española ha conservado un notable dinamismo en la primera mitad de 2007, y siguió progresando hacia el reequilibrio» de sus fuentes de riqueza, estimó el Banco de España el 6 de agosto.
Estas perspectivas no impidieron al gobierno elevar a finales de julio su previsión de crecimiento en el conjunto del año del 3,4% hasta el 3,8%. En 2006, España creció un 3,9%.