Un gol de Andrés Iniesta, marcado a cuatro minutos del final de la prórroga de la final ante Holanda, ha dado a España el Mundial de Suráfrica.
Con el corazón en la mano y con la Furia Roja en total ebullición, España se convirtió en campeón del Mundial de Sudáfrica 2010 al derrotar 1-0 a Holanda. El fútbol se impuso y aunado a la entrega de una generación española con deseos de triunfo, la selección española demostró que es el mejor equipo del orbe y que su esfuerzo fue recompensado en el continente africano.
España terminó con años de sequía y dejo de ser el “pobre equipo europeo†a los ojos de sus vecinos franceses, alemanes, italianos y holandeses. Esta Furia Roja logró lo que tanto anhelaron los Gento, Pirri, Butragueño, Zubizarreta, Camacho, Bakero, y demás históricos españoles.
Hoy los Casillas, Puyol, Villa, Xabi, Iniesta, Alonso, demostraron que el cambio de mentalidad adecuado rinde frutos.
El triunfo español se dio sobre una Holanda irreconocible, traicionera de su herencia futbolística, apostando a bajar la cortina, a la marrullería y al contragolpe. Los Tulipanes le apostaron todo a la velocidad de Robben y Sneijder, además de la fuerza bruta de Van Bommel y De Jong
El primer tiempo arrancó con el domino español y antes de que se cumplieran cinco minutos, el primer aviso ibérico llegó a la meta holandesa, con un cobro de falta desde fuera del área y que remató Sergio Ramos, para meter en problemas al portero Stekelenbur, quien alcanzó a atajar.
Desde ahí, España dejó en claro que serían ellos lo que harían el gasto en el encuentro, el equipo encargado en atacar y buscar la gloria, mientras que Holanda supo que la única forma de vencer a España era sacrificar la historia y guardar en el cajón el “fútbol total†para dar paso a un juego áspero, defensivo y apostado al contragolpe.
De hecho, la «naranja mecánica» se vio irreconocible, pues en el primer tiempo tuvo que cargar con tres tarjetas amarillas, para Van Bommel, De Jong y Van Persie, por sendas entradas. Incluso, la tarjeta de De Jong salió barata, pues pudo haberse ido temprano a las regaderas, sin embargo, el árbitro inglés Howard Webb no quería arruinar la fiesta, a pesar de los reclamos españoles.
España también se llevó tarjetas a cuestas, con Puyol y Sergio Ramos, pero éstas producidas más por la molestia de ver a unos holandeses pegando que por necesidad, pues Capdevila y Xabi Alonso se llevaron sendos golpes que tal vez ameritaban más que una amarilla.
La noche en Sudáfrica se volvía difícil para el árbitro inglés, pues los golpes de un lado y otro comenzaban a ser constantes y una amenaza de tarjeta roja aparecía en el Soccer City
La incertidumbre crecía y las llegadas de Xavi, Villa y un cabezazo de Sergio Ramos le ponían más emoción a un juego que cada vez se inclinaba más para los españoles. El partido aumentaba también en cuanto a dureza, pues los golpes, reclamos y empujones se incrementaban, debido a la dureza con la que lo holandeses trataban de detener a los españoles.
Los noventa minutos reglamentarios llegaron a su fin y los tiempos extra aumentaban la tensión, misma que se acrecentó cuando en una jugada polémica Xavi cayó en el área ante una supuesta falta de Heitinga, pero que el árbitro de manera correcta no marcó.
A los 5 minutos del primer tiempo extra, Cesc Fábregas dejó ir el gol español cuando entró a velocidad al área y su disparo se lo entregó completo al portero Stekelenburg. Un minuto después, Holanda regresaría la cortesía en un tiro de esquina que remató solo Mathijsen y que mandó por encima de la meta de Casillas, cuando la afición naranja ya coreaba el gol.
Para la segunda parte extra España empujó, empujó y volvió a empujar hasta que la cortina naranja cayó. Gran jugada de Navas, que se fue a toda velocidad, cruzando el campo y cediendo a Inisteta, que cedió a Navas, este dio a Fábregas, quien volvió a encontrar sólo a Inisesta, que esta vez no perdonó y cruzó su disparo para hacer que el Soccer City de Johannesburgo gritara el tan ansiado gol del título.
La locura se desató por parte de los españoles, que cada vez veían más cerca el título y sólo era cuestión de esperar el silbatazo final el cuál llegó para convertir a España en campeona del Mundo por primera vez en la historia del fútbol y coronar así una gran campaña ibérica y pintando Sudáfrica de una total Furia Roja. Un nuevo rey hay en el fútbol y habla español.