España respira con un poco más de alivio desde que el Banco Central Europeo anunció la decisión de comprar cantidades ilimitadas de bonos gubernamentales para ayudar a países que de manera similar están siendo estrangulados por sus deudas.
Después de que el BCE ofreció hace dos semanas rescatar a naciones que solicitan su asistencia, el costo de la deuda española ha bajado drásticamente, en un indicio de que los inversionistas tienen más confianza en que el gobierno pueda pagar sus facturas.
Pero España, que posee la cuarta economía más grande entre los 17 países que usan el euro, no está fuera de la zona de peligro. Ante esa situación es relevante la manera en que los gobernantes españoles interpreten y respondan a la reciente calma en los mercados financieros.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo la semana pasada que España podría no necesitar ayuda foránea ahora que las tasas de interés sobre sus bonos han disminuido a costos más fáciles de pagar. Pero este aplazamiento podría no durar.
La economía española se contrae, sus bancos padecen bajo el peso de su colapsado mercado inmobiliario y las deudas de sus gobiernos regionales se acumulan. Y con el desempleo en casi 25%, el desasosiego social aumenta ante la posibilidad de nuevas medidas de austeridad.
Por ahora se desconoce si los mercados financieros han tratado mejor a España simplemente porque el BCE está listo para actuar como una especie de prestamista de último recurso, o si los inversionistas en bonos esperan que España busque asistencia financiera, y en ese caso, qué tan pronto.
Según analistas, si España no pide un rescate, sólo es cuestión de tiempo para que los costos de su deuda suban de nuevo a posiciones incosteables.
«España está en una situación en que algún evento drástico, como inestabilidad política, la quiebra de otro banco o dificultades en otra región, podrían disparar hasta el tope los rendimientos de los bonos de la noche a la mañana», advirtió Vincent Forest, economista de Londres que trabaja para Economist Intelligence Unit.
El costo de la deuda de España aumentó un poco esta semana debido a que la incertidumbre sobre los planes de Rajoy está calando en la sicología del mercado.
La tasa de interés, o rendimiento, sobre los bonos españoles a 10 años cayó a 5,62% —su menor valor en seis meses— en los días posteriores al anuncio del BCE. Ese rédito llegó el 24 de junio a su mayor nivel de 7,54% —cerca de la cifra que obligó a Grecia, Portugal e Irlanda a solicitar rescates internacionales.
Hoy, la tasa de interés sobre los bonos españoles a 10 años era de 5,77%.
La deuda de España asciende a 804 mil millones de euros y equivale al 76% de su producción, cerca del tope en el rango considerado razonable. El país ha recibido el 77% de los 86 mil millones de euros que necesita en préstamos este año, pero no ha calculado el tamaño del déficit presupuestal del año próximo.