“Eso hay que pagarlo”


Editorial_LH

El doctor Rafael Espada, explicando su oposición a que se regule a las farmacéuticas en el país, dijo cínicamente que esas empresas financian a los partidos políticos en Guatemala y que todos los políticos saben que “eso hay que pagarlo”, razón por la cual suponemos que él, actuando en nombre de una universidad privada, alega que por el principio de libre mercado no se debe regular el mercado de los medicamentos no obstante que en Guatemala las medicinas son mucho más caras que en cualquier otro país de la región.


Por supuesto que Espada dice que no se dio cuenta ni siquiera de que el señor Gustavo Alejos tuviera vínculos con alguna empresa dedicada a la venta de medicinas, cosa que toda Guatemala sabía y que se confirmó cuando la firma proveedora J.I. Cohen anunció que lo dejaba fuera de las operaciones ya durante este gobierno. No sorprende que quien fuera Vicepresidente no estuviera enterado de lo que pasaba en el Gobierno porque realmente fue un pobre cero a la izquierda desde el momento en que, de un codazo, la entones Primera Dama lo hizo a un lado.
 
Pero hasta él se dio cuenta, eso sí, de la importancia que tienen las farmacéuticas en el financiamiento de las campañas políticas, puesto que el giro de sus negocios con el Estado es de tal calibre que trabajan codo a codo con los políticos para asegurar que la piñata siga. De lo contrario, si llegara al poder un político no amarrado ni comprometido a pagarles el favor, tendrían que vender a precios del mercado mundial y no podrían sangrar a los guatemaltecos con precios que van más allá de lo que cualquier persona tiene que pagar para adquirir fármacos que le ayuden a recuperar la salud.
 
Y lo mismo pasa con los otros sectores que lucran gracias a la corrupción, puesto que se aseguran, desde la campaña política, mediante ese sucio financiamiento a los partidos que se convierte en el compromiso para que la podredumbre continúe en todos los negocios que se hacen con el Estado.
 
Las preguntas de La Hora a Espada lo obligaron a admitir en forma cínica cómo es que funciona el sistema y por qué él y el resto de la gente de alto nivel en el gobierno anterior dejaron que se siquiera saqueando al país sin abrir la boca. Había que pagarle a los financistas y eso lo saben todos los políticos, por lo que no valen sorpresas ni exabruptos que pudieran provocar un quiebre de un sistema que, para ellos, funciona perfectamente bien.

Minutero:
La cosa está explicada, 
aun con el enredo de Espada;
la campaña es un paquete 
que garantiza el trinquete