Esfuérzate en realizar tus tareas con voluntad y dedicación, vuelca tu cálida luz interior en tu trato con los demás.

Aunque las dificultades te agobien, y las heridas del pasado no se curen fácilmente, recuerda que un amanecer victorioso te espera.

A veces el peso de los fracasos y las penas es muy grade, pero tú debes saber que luego del sufrimiento y la oscuridad, llegan al alivio y la luz.

Sé leal a tus principios y creencias, y no te desví­es del camino correcto aunque las tentaciones y dificultades se multipliquen a tu alrededor.

¡Tú puedes convertir la adversidad en felicidad!