Vecinos de la colonia Colinas, ubicada en la zona 18, han visto cómo la población que asistía a las «Escuelas Abiertas» del sector han ido abandonando los talleres que allí se impartían; ellos sostienen que ha habido escasa proyección de dichos programas y que la coordinación de los mismos no ha sido efectiva.
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Fredy Galindo, vicepresidente del Comité íšnico de Barrios (CUB) de la referida colonia, reconoce la importancia de dicha iniciativa; sin embargo, aduce que la coordinación de la escuela debiera reforzarse, ya que hasta ahora ha visto cómo hay mayor cantidad de personas fuera de las aulas que quienes reciben los talleres.
«El programa es muy bueno (…), pero pasa que hay cinco personas participando en un taller de danza, por ejemplo, pero afuera en el pasillo hay diez observando. Lo que critico es que se mantengan en los pasillos, debería haber más coordinación, para que permanezcan adentro», adujo.
De igual forma, Violeta Sierra, una maestra que habita en el sector y que en su oportunidad se sumó a las acciones de las Escuelas Abiertas como beneficiaria, adujo que tal situación obedecería a que los proyectos no se socializaron y «la idea debió trascender», empero, se lamenta que luego de su inauguración, no haya habido mayor proyección social.
«Quienes se acercaron en un principio fue precisamente la población a quien va encaminado el proyecto, con algún problema de callejización, y la gente que no tenía ese problema tendió a aislar a sus hijos», sostiene.
También expuso que en otras escuelas de colonia aledaña, como en la Alameda en la misma zona, ha habido condicionamientos para los talleristas, ya que ellos mismos deben publicitar las actividades y lograr que la población beneficiaria se incremente.
Por su parte, el vicepresidente del CUB también señaló que ha visto cómo las patrullas asignadas para la vigilancia del sector, como parte del otro programa gubernamental «Escuelas Seguras», se mantienen estacionadas frente o en los alrededores del edificio, mientras que él considera que debieran hacer un trabajo de acercamiento con la población y desplazarse por todo el sector.
«Las he visto entre semana y los fines de semana. Los veo mal porque sólo están estacionados como si fuera un predio. A veces se miran tres y ahora entre semana se ha visto una, pero (los policías) solo están platicando», señaló.
SIN TRABAJO CONJUNTO
La maestra y antigua alumna de la escuela No. 90, de la colonia Colinas, también integra el CUB de dicha área. A su criterio, para que el proyecto tenga mayor aceptación entre la población, la municipalidad debiera involucrarse, empero, señala que ha habido poca recepción de parte de la alcaldía auxiliar del sector, para apoyar el programa, lo cual considera fundamental, para que el mismo pueda «trascender».
Además, asegura que no ha habido trabajo conjunto entre el CUB y quienes coordinan las actividades durante los fines de semana en dicho plantel.
EDUCACIí“N NO FORMAL
Juan José Larios, coordinador de la escuela No. 90, rechaza que la situación descrita por los vecinos sea del todo verdadera. í‰l asegura que a la fecha hay unos 500 alumnos, que se distribuyen entre los 10 talleres que se imparten en ese establecimiento.
Aduce que por el modelo que representa la «Escuela Abierta» que coordina, se trabaja sin ningún condicionamiento con las personas que asisten a los talleres, pese a que tratan de mantener «un ambiente controlado», empero, reconoce cierta dificultad, cuando señala que la población que atiende es bastante difícil, puesto que es población mayoritariamente de adolescentes en riesgo.
«No buscamos prohibirles, o condicionarles tal o cual situación sino que los jóvenes se desarrollan con las cosas que hacen y les gustan, en consecuencia y de repente se puedan enamorar y que hagan lo que harían en la calle pero en un ambiente controlado», recalca.
En cuanto a la participación de la comunidad, aseguró que, desde que la escuela comenzó a funcionar, como parte del proyecto piloto de cuatro escuelas, el 5 de julio de 2008, se buscó involucrar al comité de vecinos.
Empero, advierte que «no es su obligación (del comité) apoyar, pero el beneficio no es para nosotros, sino para ellos y consideramos importante que se involucren».
Larios también rechazó los señalamientos del vicepresidente del CUB, sobre la seguridad que tienen los programas, aduciendo que mantiene un trabajo constante con la Policía, que también les apoya cuando deben trasladarse a otros espacios, para exponer el trabajo de los alumnos de dicha escuela.
El vocero del Consejo de Cohesión Social, a donde pertenece el programa «Escuelas Abiertas», adujo que el programa ha tenido muy buen resultado y que la zona donde mejor aceptación ha tenido es la zona 18.
Rosales no descarta que en ocasiones haya habido poca asistencia, empero, advierte que la misma es coyuntural y que la participación sigue siendo permanente y que la denuncia de los vecinos de la colonia Colinas, es un «hecho aislado».
«No se ha tenido ninguna denuncia, en la zona 18 es donde mejores resultados tenemos, hay una afluencia permanente, probablemente en algunos lugares haya deserción, pero generalmente se atribuye a que la zona 18 es bastante conflictiva y muchas veces cuando ocurren hechos reciente de violencia inhibe a los jóvenes a acercarse porque saben que el contexto es peligroso», consideró.
Rosales aseveró que en la mayoría de las 148 escuelas que funcionan en siete departamentos, se tiene coordinación con los comités de barrio, quienes, asegura, «ven en el proyecto una oportunidad para sus muchachos».
Hasta 2008, se informó que había más de 56 mil alumnos desde los cuatro años, hasta edades bastante adultas.
Datos oficiales dan cuanta del incremento constante de los beneficiarios, empero, ha habido registro de la reducción en un 50% de los alumnos en algunas temporadas; durante mayo y julio de este año, se reportó, en cada mes, respectivamente, 258 y 265 personas que asistían a los cursos de la escuela No. 90.
En la escuela Alameda, zona 18, se reportaron hasta agosto oficialmente, más de 1300 estudiantes, empero, ha habido meses donde se han reducido hasta 683.
La escuela John F. Kennedy, zona 18, tenía hasta la misma fecha 661 participantes, con períodos donde asistían apenas, entre 245 y 300 estudiantes.
Escuela Juana de Arco, zona 18; tiene una población de 822 alumnos, con reducción de 250.