Escuché al cáncer


Esta semana finalicé con la última dosis del tratamiento de quimioterapia al cual estuve sometida, desde el principio del año, debido a que se me descubrió un cáncer.

Edith González

Me parece importante trasladarle mi opinión luego de estar escuchando, en reiteradas ocasiones, que el cáncer es una enfermedad mortal que se presenta de manera silenciosa y que en muchí­simas ocasiones cuando se descubre ya nada puede hacerse, más que ver morir de terribles dolores al ser amado antes de que nos deje para siempre.

En mi caso, como en el de otras personas, sí­ existieron sí­ntomas que el paciente puede definir y el médico deberí­a de poder diagnosticar diferencialmente a tiempo, si no se le temiera tanto, si el paciente acude a chequeo a tiempo, claro está.

Igualmente se presentan signos visibles para el ojo del médico, los que por aparecer en muchos casos el cáncer en la edad adulta, se asumen como parte del proceso de envejecimiento, nuevamente sin diagnóstico diferencial.

La piel lisa, con pérdida de color, son algunos de ellos.

Lo que me ocupa es decirles que si bien el cáncer es una enfermedad mortal, sí­ puede detenerse, con muchas molestias provocadas por la quimioterapia, si es cierto, pero igualmente con la posibilidad de obtener años de vida con calidad.

Sin embargo, se le ha creado un inmenso halo de misterio y terror, por lo que la gente no habla del cáncer y cuando lo hace es en voz baja, con murmullos, lo que ha impedido que otras personas puedan atenderse a tiempo.

En los cánceres de pecho que afectan a las mujeres, deben considerarse los cambios en el pezón, lí­quido que pueda salir, dolor, abultamientos. En cuanto a la región de fecundidad se pueden presentar calambres en las piernas y dedos de los pies, entumecimiento de las manos, dolores de cabeza, cambios en la evacuación, dolores abdominales, e inflamación, falta de apetito.

Ocurre, que los médicos tratan estos sí­ntomas, como problemas gástricos, de circulación e incluso como infecciones, sin un adecuado diagnóstico diferencial. El que es fundamental para detener el cáncer. Y poderlo atacar a tiempo. Y por supuesto no temerle, ya que si se lleva una vida sana y se efectúan controles especí­ficos en el menor caso de sospecha su vida puede salvarse, aunque sea hereditario. Gracias a mis médicos, doctores Fausto González y Mario Fredy Sandoval por sus atenciones, cuidados y cariño. Y por supuesto a todas las personas que me han manifestado su solidaridad y apoyo.