Un abogado de los diarios británicos del magnate Rupert Murdoch dijo hoy que las escuchas telefónicas ilegales fueron erróneas y vergonzosas, pero insistió que la gran investigación que ocasionaron demuestra que los periodistas no están por encima de la ley.
Rhodri Davies dijo a la comisión que investiga las escuchas telefónicas ilegales de la prensa británica que la empresa de Murdoch, News International, se disculpó «sin reservas» por escuchar los mensajes telefónicos de personalidades, políticos y víctimas de delitos.
Agregó que las escuchas fueron «nocivas, vergonzosas y nunca deberían haber ocurrido».
«News International piensa asegurarse que lo ocurrido en News of the World no volverá a producirse y que una compensación justa será pagada a los que las sufrieron», dijo Davies.
Durante años, los ejecutivos de Murdoch insistieron que las escuchas telefónicas estuvieron limitadas al investigador privado Glenn Mulcaire y al reportero Clive Goodman, ambos encarcelados en el 2007 por escuchar las conversaciones telefónicas, sin mandamiento judicial alguno, de los colaboradores de la casa real.
Davies dijo que es obvio que el escándalo fue mucho mayor, pero insistió que la actividad ilegal fue reducida — si no cesada por completo — tras ser detenidos ambos. La policía cree que las escuchas ilegales de los mensajes telefónicos orales continuaron por lo menos hasta el 2009.
Según Davies, las «lecciones que aprendimos ocurrieron cuando fueron a la cárcel el señor Goodman y el señor Mulcaire».
Agregó que si las escuchas telefónicas continuaron tras el 2007, no fue «la práctica común que existió antes».
Además, puso en duda la afirmación del abogado investigador sobre la magnitud y número de las escuchas telefónicas ilegales.
El abogado Robert Jay dijo ayer que cinco periodistas pidieron al investigador Mulcaire que realizara 2.266 escuchas.
Davies dijo que News International quería que se constataran esas cifras.
Agregó que «2.266 escuchas son demasiadas, cinco periodistas que las encargaron para News of the World son demasiados … empero, creemos que es necesario ser lo más preciso que podamos».