Escenas de pánico en las islas Samoa


Los restos dejados después del maremoto que en la madrugada devastó las islas Samoa, dejaron como resultado varias casas y carros destrozados matando al menos a 75 personas.

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<p>Olas inmensas arrastraron vehí­culos, sacudieron árboles como si fuesen briznas y arrasaron construcciones, según relataron testigos del sismo y del tsunami que afectó ayer las islas Samoa, provocando escenas de pánico y confusión y la muerte de al menos 53 personas.</p>
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«Nos levantamos a toda velocidad y escapamos en automóvil en medio de los atascos. Habí­a policí­as que indicaban a los habitantes que se dirigieran hacia las partes altas», relató David Vaeafe, un responsable de turismo en Samoa estadounidense, a la televisión australiana Sky News.

Los turistas extranjeros y los habitantes de este archipiélago del Pací­fico sur fueron despertados temprano ayer por un sismo de magnitud 8, que provocó un tsunami con ola de varios metros de altura.

En las montañas, los jóvenes tamborileaban en bombonas de gas para alertar a la población, llamándola a huir lo más rápido posible de las olas.

En la parte baja, la capital de este territorio estadounidense, Pago Pago, habí­a quedado sumergida.

La importante planta de conservas de pescado de la ciudad quedó arrasada, mientras que la ruta que lleva al aeropuerto estaba cortada y buena parte del archipiélago se encontraba sin electricidad.

«Los obreros de la planta de conservas relataron que habí­an tenido sólo tres minutos para salir huyendo antes de que llegase la ola.

Una turista extranjera relató como habí­a huí­do de su bungalow en la playa, en la zona más turí­stica, aparentemente la más afectada por el fenómeno.

«Olas inmensas llegaron y corrimos hasta nuestro vehí­culo. Tratábamos de abrir la puerta cuando llegaron las olas. Finalmente lo conseguimos pero el agua lo invadió todo», relató la mujer a Sky News.

El viceprimer ministro Misa Telefoni dijo que la gigantesca ola que mató al menos a 53 personas en el archipiélago, arrasó también las instalaciones turí­sticas de la costa oeste en la isla de Upolu.

«Hemos sabido que la mayorí­a de las instalaciones de esta parte de la isla están totalmente destruí­das», agregó

Ken Mariner, que vive cerca de Apia, la capital de Samoa, archipiélago vecino de 219.000 habitantes, indicó que unas 1.500 personas se habí­an congregado no lejos de su casa, en un puesto de evacuación, todos aterrorizados.

«Era algo bastante terrible. Estábamos en las casas y escuchábamos los cuadros y los objetos caer del cielo raso y de los muros», declaró a la cadena australiana ABC.

En la casa tenemos dos árboles que «eran sacudidos como si fuesen plantas pequeñas», agregó.

Según el último balance establecido hasta ahora, como consecuencia de esta catástrofe murieron 53 personas y numerosas otras están desaparecidas, tanto en Samoa como en las islas Samoa estadounidenses.

«Tenemos informaciones que vienen del sureste de la isla principal, según las cuales las casas fueron arrasadas, los coches arrastrados por la olas y que hubo rocas que se desprendieron de las montañas, en las zonas costeras», indicó una periodista de Samoa, Olga Keil.

CIFRAS 53 muertos


Al menos 53 personas murieron ayer en las islas Samoa, archipiélago volcánico de la Polinesia, después de que un terremoto provocara un tsunami que devastó numerosas aldeas, dejando a miles de residentes sin hogar, según funcionarios y testigos.

En Samoa estadounidense fueron confirmadas 22 muertes y otras 31 en Samoa. Informaciones no confirmadas daban cuenta de numerosos desaparecidos y de muertos en las islas Tonga.

Este balance podrí­a agravarse sensiblemente, en la medida en que los equipos de rescate recién intentan llegar a la zona.

«Hemos registrado 22 muertos y este balance podrí­a aumentar sensiblemente», indicó a la AFP Michael Sala, director de la seguridad interior de Samoa estadounidense.

Por otra parte, según el editor del cotidiano Samoa Observer, Russel Hunter, habí­a 31 cadáveres en la morgue de Apia, la capital de Samoa, lo que por el momento eleva el balance total a 53 muertos.

«Hay muchas otras ví­ctimas en los poblados. Es probable que se llegue a los 100 muertos e incluso más», indicó Russel Hunter.

El sismo, de un magnitud 8 según el Instituto de Geofí­sica estadounidense (USGS), se produjo a las 6H48 locales del martes (17H48 GMT) y su epicentro fue localizado a 200 km al suroeste de Apia, indicó un informe preliminar.

El fenómeno afectó el achipiélago de las Samoa, que incluye el Estado Independiente de Samoa, que cuenta con 217.000 habitantes, y las Samoa estadounidenses, administradas por Washington, con 65.000 habitantes.

El presidente Barack Obama declaró el estado de desastre para las Samoa estadounidenses.

En algunos puntos, el agua entró hasta 800 metros en tierra y los medios de comunicación hablan de 40 muertos en una aldea al este de Upolu, la principal isla de Samoa, pero esta información no ha sido confirmada.

«Las informaciones hablan de (…) daños graves y de muchas personas desaparecidas», habí­a declarado por su lado, anteriormente, David Delfí­n, Alto Comisionado de Nueva Zelanda en Apia, la capital de Samoa.

La mayor parte de daños parecen concentrarse en el sur de las Samoa, golpeado por las olas de seis a ocho metros, según varias fuentes.

Por su lado, el archipiélago de las Samoa estadounidenses ha sido «devastado», afirmó el delegado de Samoa en el Congreso norteamericano.

«Hubo un terremoto que causó un maremoto de 4,5 metros de altura. Algunas áreas están justo por encima del nivel del mar, por lo que ya se puede imaginar la devastación», dijo Eni Faleomavaega a la AFP, en una entrevista telefónica.

«El terremoto causó grandes daños, hay coches flotando por todo lado», dijo, confirmando las informaciones de que hay 20 muertos y de que miles de personas han perdido sus hogares.

Dos surcoreanos están entre los muertos y otro está desaparecido.

La agencia federal norteamericana para situaciones de crisis (FEMA) decidió enviar a dos equipos de socorro al archipiélago estadounidense.

En estrecha colaboración con el servicio de guardacostas norteamericano, la FEMA está desplegando dos equipos en las Samoa estadounidenses para dar ayuda en el terreno, explicó el director de la agencia federal, Craig Fugate, en un comunicado.

Ahora la prioridad es despejar las carreteras costeras, dañadas por el terremoto y el tsunami, a fin de llegar hasta las zonas afectadas, dijo un portavoz del primer ministro de Samoa, Tuilaepa Sailele Malielegaoi.

Una reunión del Consejo Nacional para Desastres Naturales se realizará en el dí­a», añadió.

Australia y Nueva Zelanda se preparaban este miércoles para ayudar al archipiélago. Canberra indicó que hasta el momento no habí­a habido petición formal del gobierno de Samoa.

Tras el terremoto, una alerta de tsunami fue lanzada la mañana del miércoles en toda la costa del Pací­fico de Japón, anunció la Agencia Meteorológica nipona, que advirtió que el nivel del mar podrí­a subir unos 50 centí­metros.