Escenas de masacre en Kirguistán


Una mujer uzbeja llora mientras se quema su casa. FOTO LA HORA: AFP VIKTOR DRACHEV

Varios cuerpos calcinados yací­an hoy en las calles del barrio uzbeko de la ciudad de Osh, en el sur de Kirguistán, sacudido por cuarto dí­a consecutivo por sangrientos enfrentamientos étnicos.


Un grupo de hombres uzbekos con armas improvisadas vigilan la entrada de los sótanos y las viviendas quemadas, donde se refugian mujeres y niños. Temen ser de nuevo blanco de los grupos armados responsables de los sangrientos enfrentamientos étnicos que sacuden el sur de Kirguistán desde el jueves por la noche. «Nos acordaremos (…) Ya nunca será posible convivir» con los kirguisos, grita uno de los hombres, Akbar, con lágrimas de ira en los ojos y el ruido de los disparos de fondo.

Aferrado a un hacha pequeña, afirma que los kirguisos, la comunidad mayoritaria, atacaron y masacraron a la minorí­a uzbeka de la ciudad, como, según él, lo demuestran los tres cuerpos calcinados que yacen en la calle y el humo que flota sobre el barrio donde siguen los incendios.

Los habitantes relatan que los asaltantes incendiaron las casas, las tiendas y los vehí­culos de los uzbekos con cócteles molotov. En las calles del barrio devastado abundan también los casquillos de diferentes calibres.

Los habitantes cuentan que tan solo en la calle Alicher Navoy unas 30 personas fueron masacradas, e insinuaban que el número de ví­ctimas podrí­a ser muy superior al balance oficial de 117 muertos y 1.500 heridos.

Un periodista de la AFP vio imágenes filmadas por habitantes que muestran el entierro en una fosa común de decenas de cuerpos totalmente acribillados o calcinados.

«Hay al menos 1.000 muertos solo en Osh, no podemos hacer un registro porque nos niegan el acceso a los hospitales, nos dicen que son solo para los kirguisos», asegura a la AFP Isamidin Kudbidunov, de 27 años.

Akbar lo tiene claro. Para él las autoridades han organizado la masacre. «Â¡Es un genocidio planificado por el gobierno contra el pueblo uzbeko!», clama.

Dildor Yumabayuev, de 38 años, cuenta que recibieron disparos procedentes de vehí­culos blindados de transporte de tropas, que querí­an abrirles el paso a las bandas armadas kirguisas.

«Primero vinieron unos vehí­culos blindados, detrás de ellos llegaron personas sin uniforme. Les abrieron la ví­a, nos atacaron, nos dispararon en la calle», cuenta el joven.

Los refugiados que lograron huir de Kirguistán para dirigirse hacia el Uzbekistán vecino relataron a la AFP hechos similares.

«Violaban a las mujeres, incendiaban las casas. Mi marido y mi hermano nos llevaron a la frontera y ahí­ habí­a muchos cadáveres. Los heridos eran abandonados porque no podí­an pasar», cuenta Nargyza, una mujer de 29 años acompañada por dos niños y refugiada en un campo instalado en una fábrica del distrito uzbeko de Joyaobod.

Son más de 60.000 adultos los que lograron refugiarse en Uzbekistán, pero esta cifra no toma en cuenta a los miles de niños, indicó a la AFP el departamento del ministerio uzbeko de situaciones de emergencias encargado de la región de Andijan, fronteriza con Kirguistán.

Los uzbekos suman alrededor del 15% de la población de Kirguistán y viven en su mayorí­a en el sur de esta ex república soviética de Asia Central.

CIFRAS 124 muertos


Mientras miles de personas siguen huyendo de la violencia que ha causado durante el fin de semana al menos 124 muertos en Kirguizistán, Rusia podrí­a intervenir para acabar con la catástrofe humanitaria que se está registrando en las regiones kirguizas de Osh y Jalalabad.

En Moscú se celebran hoy consultas de los paí­ses de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva o OTSC (Rusia, Bielorrusia, Uzbekistán, Kirguizistán, Kazajistán y Tazhikistán, además de Armenia) para decidir sobre una intervención pacificadora y humanitaria en el paí­s.

Hay indicios de que Rusia ha comenzado a concentrar efectivos en la zona donde se concentraron ayer los enfrentamientos entre kirguizos y uzbecos. Se habla de un aumento del contingente militar en la base militar de Kant (en Kirguizistán) y fuentes de otro estado centroasiático, Turkmenistán, han manifestado que en el aeropuerto de Ashgabad, en Turkmenistán, se concentran aviones militares rusos, aparentemente de carga.