Escenario de guerra en Rí­o


Soldados brasileños ingresaron a la favela de Vila Cruzeiro para combatir contra fuerzas de narcotraficantes. FOTO LA HORA: AFP Antonio SCORZA

Un escenario de guerra se viví­a hoy en la favela de Vila Cruzeiro, en la zona norte de Rí­o de Janeiro, donde vehí­culos blindados de la policí­a militar ingresaron para reconquistar el área bajo control de traficantes, constataron periodistas de la AFP.


Luego de cinco dí­as de violencia urbana que dejan un saldo provisorio de 23 presuntos traficantes de drogas muertos en enfrentamientos con la policí­a en la ciudad que albergará el Mundial 2014 y los Juegos Olí­mpicos en 2016, hoy la situación escaló cuando los blindados llegaron a la entrada de la Vila Cruzeiro.

En un despliegue sin precedentes, seis de estos vehí­culos con orugas y equipados de ametralladoras calibre 50 se posicionaron en la entrada de la favela en el barrio de Penha (zona norte), en donde según las autoridades se atrincheraron los delincuentes.

Una periodista de la AFP en el lugar explicó que la gente se estaba guareciendo de los blindados.

Según voceros policiales, el operativo es conducido por la policí­a militar (PM) y los carros blindados, que son manejadas por fusileros navales.

Los blindados «tienen capacidad de subir» la cuesta de la favela y «cualquier obstáculo que tengan delante lo pasan por encima», explicó un portavoz policial a la TV Globo.

El objetivo del operativo, que no tiene previsión de finalización, es «asumir (el control de) el territorio nuevamente. (Territorio) que fue tomado por el tráfico», remarcó el vocero. Según este portavoz, no será utilizada la ametralladora de grueso calibre que poseen los blindados.

Las televisoras transmiten en directo desde helicópteros que sobrevuelan la zona, y las imágenes permiten ver columnas de humo, vehí­culos incendiados en el interior de la favela, y civiles con armas largas caminando por las calles del lugar.

Según las autoridades, el caos que estalló el domingo por la noche y que se tradujo también en ataques a puestos policiales, es una reacción a la instalación de Unidades de Policí­a Pacificadora (UPP) en 13 favelas de las cuales fueron expulsados los traficantes.

Sin embargo, para algunos especialistas, esa conclusión es apresurada.

«Creo que todaví­a es un poco temprano para afirmar eso (sobre las UPP). La secretarí­a de Seguridad (del Estado de Rí­o de Janeiro) todaví­a está realizando investigaciones para saber si esas acciones son represalias o reacciones a una polí­tica de la Policí­a Militar», dijo a la oficial Agencia Brasil el catedrático Doriam Borges, del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad de Rí­o.

En total, son 23 los muertos señalados como traficantes por la policí­a; 176 personas fueron detenidas y 55 vehí­culos fueron incendiados, según el último parte.

Los enfrentamientos se concentran en favelas (barrios pobres) de la desfavorecida zona norte de la ciudad, una urbe prácticamente fracturada en dos partes: la turí­stica y residencial zona sur, en donde la mayorí­a de las favelas fueron pacificadas, y la empobrecida zona norte.

Según la policí­a, un total de 17.500 efectivos «están en estado de alerta».

Citado por la prensa local, el secretario de Seguridad del estado de Rí­o, José Beltrame, señaló que podrí­a haber hasta 13 pedidos de transferencia de traficantes presos en Rí­o de Janeiro, sospechosos de ordenar los ataques, para prisiones de máxima seguridad de estados alejados.

Algunas de las transferencias ya habrí­an sido realizadas.

Beltrame señaló incluso que aparentemente dos grandes grupos de narcotraficantes rivales se habrí­an unido contra la polí­tica del gobierno estatal, de recuperar territorios en manos de delincuentes.

Esos grupos serí­an el añejo Comando Vermelho (CV) y el ADA (Amigos de los Amigos) que tiene buen poder de fuego y dominan las dos mayores favelas cariocas: la Rocinha (sur) y el Complejo del Alemán (norte).

Hace poco más de un año en la zona cercana al mí­tico estadio de Maracaná, que será uno de los escenarios del Mundial 2014, los traficantes derribaron un helicóptero policial que participaba de un operativo y tres policí­as murieron. El aparato quedó reducido a cenizas en un campo de fútbol vecinal.

Tras asumir en enero de 2007, el gobernador Sergio Cabral anunció una lucha sin tregua contra el crimen tras lo cual se iniciaron continuos operativos en varias de las 980 favelas de la ciudad.

La violencia es un problema endémico en la ciudad de Rí­o de Janeiro, donde cerca de dos millones de habitantes (aproximadamente un tercio de la población del municipio) viven en 1.000 favelas, y para el 2014 las autoridades se proponen pacificar una centena de las más violentas.

TELEVISIí“N Fuga masiva


Decenas de traficantes armados se daban a la fuga la tarde de hoy por las colinas de la favela de Vila Cruzeiro, en el norte de Rí­o de Janeiro, en procura de refugio ante el avance firme de fuerzas policiales apoyadas por blindados, exhibieron imágenes del canal TV Globo.

Las imágenes aéreas mostraban caminos de tierras flanqueados de espesos matorrales y antenas de transmisión eléctrica por los cuales decenas de narcotraficantes munidos de fusiles y mochilas transitaban corriendo en grupos, mientras otros subí­an la colina en carros y motos en un intento desesperado por huir de las fuerzas policiales.

Según se reportó, los traficantes procuraban cuesta arriba refugio en un punto más profundo del Complejo del Alemán, un conjunto de favelas del cual hace parte la Vila Cruzeiro y en donde está uno de los puntos más fuertes y mejor armados del narcotráfico de Rio de Janeiro.

En la mañana del jueves casi 200 de efectivos, helicópteros y al menos seis vehí­culos blindados de combate equipados con ametralladoras de calibre .50 ingresaron en la Vila Cruzeiro en un operativo sin precedentes contra los narcos, a los cuales se atribuye la ola de violencia vivida en la ciudad desde el domingo.

Por primera vez desde que las autoridades iniciaron en 2007 los operativos contra el crimen organizado y de pacificación de las favelas para desalojar a los narcotraficantes, vehí­culos militares de gran porte son utilizados contra los delincuentes.

Tras cinco dí­as, la ola de violencia derivada de atentados criminales y acciones policiales dejó ya al menos 23 muertos.

Desde el domingo el pánico se extendió a avenidas y calles de diferentes barrios de Rio de Janeiro, subsede del Mundial de Fútbol en 2014 y organizadora de los Juegos Olí­mpicos de 2016, con una ola de violencia marcada por los incendios de decenas de vehí­culos y atentados contra puestos y patrullas policiales.

El escenario de guerra urbana que se estableció en Rio de Janeiro tiene paralizada a buena parte de la ciudad, especialmente en la zona norte, donde se concentraron los ataques de los delincuentes.