Escalada de precios puede agravar la economí­a mundial


Los paí­ses productores y consumidores de petróleo no son capaces de detener el ascenso vertiginoso de los precios a corto plazo, lo cual podrí­a empeorar aun más la desaceleración de la economí­a mundial.


Los ministros de Petróleo de la Organización de los Paí­ses Exportadores de Petróleo (OPEP) y de los paí­ses consumidores reunidos en el Foro Internacional de la Energí­a que se celebró del 20 al 22 de abril en Roma, vieron pasar el barril de petróleo de 117 a 119 dólares sin decir palabra.

En la declaración final, los ministros se limitaron a manifestar su «preocupación» por el costo del crudo y advirtieron nuevamente que cuentan con recursos suficientes de petróleo y gas «para responder a las necesidades mundiales».

Desde que se inició la crisis financiera mundial, el petróleo y sobre todo las materias primas son objeto de especulaciones incontrolables para cubrir las pérdidas en la bolsa y la baja del billete verde.

El director general de la Agencia Internacional de Energí­a (AIE), el japonés Nobuo Tanaka, considera «posible» que el alza desenfrenada del precio del barril provoque una recesión económica, en un monento delicado debido a la crisis en Estados Unidos generada por los préstamos en el sector inmobiliario.

La AIE, que representa los intereses energéticos de los paí­ses consumidores, dejó de pedir a la OPEP que aumente la producción de petróleo, como lo hací­a hasta hace un mes.

«El alto precio de petróleo no está relacionado con los suministros al mercado», aseguró el secretario general de OPEP, Abdalá el Badri, quien sostiene que aún si los paí­ses productores dejan de bombear el precio del petróleo no va a bajar.

Los paí­ses productores padecen presiones para que aumente la oferta a pesar de que la demanda resiste sorprendentemente a la escalada del crudo gracias al fuerte crecimiento de los paí­ses emergentes.

Una ganga para ellos, ya que obtienen excelentes ganancias y producen a pleno ritmo.

Para Lawrence Eagles, principal analista de la AIE, la OPEP está jugando un juego peligroso, ya que el excedente de producción, que sirve como «cojí­n de seguridad» del mercado petrolero «es demasiado frágil».

El ministro saudita Ali al Nuaimi, lí­der de la OPEP, comparte esa opinión: «Limitar la capacidad de excedentes (…) representa la mayor amenaza para el suministro de energí­a», afirmó el martes en Roma.

La capacidad de producción de excedentes de la OPEP pasó de 4 a 5 millones de barriles al dí­a a inicios del 2000 a 2 millones de barriles al dí­a actuales.

Para Eagles, si se registran accidentes graves, de carácter geopolí­tico o climático en los próximos meses o en caso de que la demanda sea más alta de lo previsto, las reservas de los paí­ses consumidores corren el riesgo de no ser suficientes para responder a las mayores necesidades del verano o del invierno.

La actitud «dura» de la OPEP, que no intenta bajar los precios, acelera el interés por la energí­a nuclear y por una polí­tica centrada en ahorrar energí­a.

Las crisis petroleras de 1973 y 1980 comenzaron con la interrupción de la oferta, lo que no ocurre hoy en dí­a.

Pero la escalada de precios que provocaron esas crisis obligó a los paí­ses industrializados a reducir los consumos de crudo. La demanda y los precios bajaron, en 1999 el barril costaba 10 dólares, para gran decepción de la OPEP.