Utilizando los términos «modernos» que están en boga, hacemos un llamado a las autoridades del Ministerio de Educación a efecto de que inicien un remozamiento, remodelamiento o reingeniería del sistema de Supervisión Educativa, porque en la forma que aún se está desarrollando se cometen injusticias, desmanes, abusos y hasta delitos basados en la supuesta «autoridad inflexible» de algunas personas que desempeñan tal clase de trabajo.
El problema educativo en toda la República consiste en la nula o por decirlo de forma positiva, la poca efectividad de las acciones de los supervisores educativos, ya que la mayoría de ellos (as) se dedican a realizar un trabajo administrativo de CONTROL POLICIAL de los empleados públicos, y un descarado acoso en contra de algunos directores de centros educativos privados que no acceden a sus «sugerencias»; sin embargo, SON MUY POCOS los supervisores (as) quienes han brindado un apoyo pedagógico a los centros educativos que supervisan.
El trabajo de Supervisión Educativa ha perdido sus objetivos primarios, ahora quienes ejercen dicha función pareciera que no tienen obligación alguna de SUPERVISAR EL PROCESO EDUCATIVO EN EL ASPECTO PEDAGí“GICO, DIDíCTICO, DE EVALUACIí“N, LEGISLACIí“N EDUCATIVA y otros temas de suyo tan importantes para los docentes del magisterio nacional. Y aunque toda regla tiene su excepción, estamos seguros que un alto porcentaje de los supervisores (as) JAMíS HAN SUPERVISADO Y POR LO TANTO INDICADO AL SECTOR DOCENTE ACERCA DE NUEVAS Tí‰CNICAS DE ENSEí‘ANZA.
De todo hay en la viña del Señor; y así como hay supervisores (as) muy decentes y honestos (as) también los hay acosadores (as), aprovechados del sistema (es decir, piden y reciben granjerías a cambio de ignorar las faltas administrativas de los centros de estudio privados y en algunos oficiales; por lo que hay un claro irrespeto hacia la normativa legal en relación a la actividad de la educación), hay quienes actúan por el influjo de los «chismes» sin intentar averiguar la verdad de las denuncias y toman acciones que solo restan tiempo a la actividad administrativa en las famosos e ilegales «formulaciones de cargos por faltas al servicio».
También hay entre ese gremio personas que poseen una cultura general y educación que les permite actuar con fundamento legal y con propiedad en los casos que se les presentan, y también los y las hay que hacen gala de una ignorancia supina y actúan en base a su lógica común, sin entender aún que para el ejercicio de la Supervisión es necesario conocer el manejo de la legislación educativa; lo cual «les viene del norte» y amenazan a los Directores, Secretarios (as), maestros (as), profesores (as) con «levantar » actas por faltas al servicio con inexistentes motivos.
Algunos Supervisores (as) creen tener el control y autoridad suficientes para tomar decisiones, aunque sean equivocadas y las sostienen por puro «orgullo» o para no hacer denotar su ignorancia; arguyen un sin fin de pretextos para no dar las autorizaciones administrativas correspondientes y «ven mal» a los aún estudiantes de Humanidades, sin recordar que ellos (as) también fueron estudiantes de plan fin de semana en alguna universidad semi desconocida.
Valdría entonces, por clamor general, iniciar un estudio urgente para tomar decisiones de cambio en los (as) supervisores (as) que transgredan la ley y las normas de ética profesional magisterial.