Es un drama


Editorial_LH

La satisfacción que a algunos genera el hecho de que el Vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, visite Guatemala para mantener reuniones con los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras, es ilógica cuando se está enfrentando un drama humano de los más terribles que nos ha tocado experimentar en los últimos años.


Decidir si es en Guatemala la reunión no es la materia importante en estos momentos. Lo que verdaderamente importa es qué se hará para resolver la situación de urgencia, de emergencia, de los miles de niños que están durmiendo sobre colchonetas en el suelo de centros de detención con “habitaciones” hechas de mallas metálicas en las que se les mantiene sometidos como delincuentes.

  Todas las fotografías y los videos que se han presentado, nos muestran a infantes que, como tales, ni siquiera han terminado su crecimiento físico y emocional. Esto implica que esos pequeños individuos están enfrentando situaciones que, incluso para adultos, serían demasiado fuertes para procesar de manera madura.

  ¿Cuál es el daño que en la autoestima, en sus emociones, cuando apenas tienen edad para comprender situaciones más sencillas? Es dramático y, también, sería conveniente que se ponga en el escenario la desesperación que los padres de familia deben de tener de no saber siquiera si sus hijos están o no en esos centros de detención.

  Recordemos que el sentimiento de presentarse a averiguar por ellos es de temor a ser capturados para ser deportados sin siquiera la posibilidad de encontrar a sus menores. Por donde sea, la situación es un drama y seguramente no viene el Vicepresidente Biden a felicitar a nadie por el trabajo que se ha hecho, sino a buscar soluciones ante una situación que debería tener escandalizados a todos en nuestra Guatemala.

  Si los estadounidenses se escandalizan, no es un tema nuestro. Lo que sí nos debe preocupar es que, nuevamente, los grandes temas que como sociedad nos deberían unir para evitar situaciones tan especiales como esta, ha mostrado mucha indiferencia de  parte de la ciudadanía.

  Busquemos soluciones a la situación de emergencia y que, al menos, nos sirva para empezar a realizar que tenemos que entrarle a los problemas de raíz que han hecho que millones de guatemaltecos hayan abandonado nuestra tierra y sus familias para irse a buscar ese “algo” que somos incapaces de proporcionar internamente. Primero, a resolver el tema de los menores. Este drama urge que se resuelva.

Minutero
¿Cómo vivir tan campantes
exportando a los infantes?
¿Cómo puede Guatemala
pintarse de forma tan mala?