«Es tiempo ya de abrir los espacios a la población excluida»


Carmen López de Cáceres es abogada y notaria por la Universidad Francisco Marroquí­n y tiene un postgrado en Género por la Universidad Rafael Landí­var. Ha sido Ministra de Trabajo (1994 -1997) y Secretaria Ejecutiva de la Comisión de Seguridad y Apoyo al Fortalecimiento de la Justicia. Es fundadora de la organización Convergencia Cí­vico Polí­tica de Mujeres donde ocupa el cargo de vicepresidenta y coordinadora de proyectos. En esta entrevista explica las razones por las que su organización apoya la iniciativa de ley que reforma el artí­culo 212 de la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos y señala, que de aprobarse, las mujeres y los pueblos indí­genas tendrí­an acceso igualitario a la representación polí­tica, de la que siempre han estado excluidos.

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Esta reforma cambiarí­a la imagen del paí­s y permitirí­a la igualdad de oportunidades, que se ha negado históricamente a las y los indí­genas y a las mujeres, señala. La iniciativa de ley se encuentra en la Comisión de Asuntos Electorales, y ésta debe darle un dictamen favorable, atendiendo a los compromisos que el Estado de Guatemala ha suscrito en los convenios internacionales contra la discriminación hacia las mujeres y pueblos indí­genas, concluye.

– Más Mujeres, Mejor Polí­tica (MMMP): ¿Cuál es el diagnóstico que hacen ustedes desde Convergencia Cí­vico Polí­tica de Mujeres sobre la situación de representación y participación polí­tica de las mujeres en Guatemala?

– Carmen López (CL): Bueno, nos basamos en información real, no subjetiva, sobre la poca participación de las mujeres en las planillas, en los cuadros de los partidos de los polí­ticos. La representación de las mujeres es poca, estamos saliendo del proceso de elección de la Corte Suprema de Justicia y la participación de las mujeres, en lugar de incrementarse, disminuyó. Tres Cortes seguidas tuvimos una cuota de dos mujeres dentro de 13 magistraturas, y hoy se reduce a una.

Entonces vemos las grandes dificultades que ya se han analizado por feministas en el mundo, que aquí­ se repiten, y tal vez con más fuerza, porque dependiendo del nivel de machismo de cada paí­s, se obstaculiza más la participación de las mujeres.

– MMMP: ¿Cuáles son las razones? ¿Qué provoca esta escasa representación y participación de las mujeres?

– CL: Una de las cosas que más afecta son esas estructuras jerárquicas, tan patriarcales de los partidos polí­ticos. También las mujeres no manejamos recursos financieros, el ámbito público ha sido poco frecuentado por nosotras, ha sido en los últimos años que hemos estado incursionando más en esos espacios y entonces nos topamos con experiencias de los hombres muy amplias, que nos obstaculizan. A eso hay que agregar los mitos o los estereotipos que se tienen en cuanto a la participación pública de las mujeres, que se considera una actividad propia de los hombres.

Además afrontamos esta dificultad de tener dos o tres jornadas de trabajo, los hombres no asumen las funciones de reproducción, y nosotras sí­ hemos asumido el papel de proveedoras en nuestros hogares, aportamos para el bienestar de la familia, se aporta financieramente, pero aún así­ los hombres no asumen su responsabilidad de ser también actores en la reproducción; en el cuidado de la familia.

– MMMP: ¿Qué hay que entender por estructuras patriarcales?

– CL: Que los espacios están ocupados por hombres, y se valoriza lo que los hombres hacen, hay una valorización mucho más de lo que el hombre realiza, y desvalorización de lo que la mujer hace. Estas son las estructuras patriarcales donde los hombres piden que las mujeres asuman esas otras responsabilidades. Se tiene a un lí­der, generalmente a un hombre, y alrededor de éste se trabaja.

En la reunión de ENADE (Encuentro Nacional de Empresarios) se hizo homenaje a FUNDESA, que es la entidad organizadora, homenaje a sus integrantes; ni una sola mujer. Fundadores, presidentes, estoy segura que las estructuras directivas están ocupadas por hombres y las estructuras no jerárquicas son ocupadas por mujeres.

– MMMP: ¿Cuáles son las medidas más urgentes que hay que tomar para revertir esta situación?

– CL: Por mi profesión de abogada tal vez tengo mucha fe en los cambios que las leyes provocan. Muchas veces se hace filosofí­a de qué es la ley, si es la respuesta a casos concretos, o su función es prevenir. Las leyes también tienen una función pedagógica, de cambio, de educación; entonces las leyes ayudan, pueden ser una herramienta, no es la única y la panacea, pero sí­ son una herramienta que permite que haya cambios.

Cuando descubrimos aquí­ en Guatemala que tení­amos una Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, y nos apropiamos de ella, y empezamos a exigir, empezaron a darse los cambios.

Hay que apostarle también al proceso de sensibilización que se han propuesto muchas organizaciones de mujeres y a la institucionalidad de las mujeres, donde llevamos el mensaje que no somos el segundo sexo y que tenemos que estar en un plano de igualdad, y que se nos ha marginado por las creencias muchas veces de la misma religión. La ventaja es que en todos los espacios se están buscando cambios, y en las mismas iglesias las mujeres están haciendo lo propio, se está buscando nuevas interpretaciones de los libros en los que se basan las religiones, se están dando cambios culturales. También, en el ejercicio de esa ciudadaní­a, exigimos cambios en las estructuras del gobierno, en las estructuras del paí­s.

– MMMP: Hay una iniciativa de ley que impulsan las integrantes de la Comisión de la Mujer del Congreso de la República, y que propone la reforma al artí­culo 212 de la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos; sabemos que ustedes han acompañado este proceso. ¿En qué consiste esta reforma?

– CL: La iniciativa 4088, presentada a finales de agosto del 2009, recoge la experiencia de muchas mujeres en el mundo en cuanto a propuesta de reforma a una ley electoral. Esta reforma busca evitar los errores que en otros paí­ses se han cometido. La propuesta trae la obligación de tomar en cuenta en forma igualitaria a las mujeres y a los hombres; y también hacerlo de una forma alterna. Es decir, colocar en los listados a una mujer y luego a un hombre, y viceversa; para evitar que se incluyan a las mujeres, pero al final de las listas.

Esta iniciativa incluye también que personas de los pueblos indí­genas, tanto hombres como mujeres, tengan la oportunidad de participación igualitaria, y se toma como base los datos del último censo nacional en cuanto a la participación de pueblos indí­genas. Algunos pueblos tendrán más personas indí­genas en los listados, porque su composición es mayor, y otros la tendrán menor de acuerdo al porcentaje de su población.

Además incluye una sanción para aquellos partidos polí­ticos y comités cí­vicos que no cumplan con la normativa. La sanción no es una multa, sino la no inscripción de las planillas que no llenen estos requisitos. En otros paí­ses se han dejado multas, y nosotros aquí­ tenemos la experiencia que las multas no se pagan o que se prefiere pagar la multa que cumplir con la ley. Por eso no propusimos una multa como en otros paí­ses, porque las compañeras ya nos habí­an comentado que eso no sirve. Y aparte de eso esta ley, esta norma, serí­a supletoria en otros procesos de elección popular en cargos para puestos de elección pública.

– MMMP: ¿Cómo han acompañado las organizaciones de mujeres y las organizaciones de la sociedad civil todo este proceso?

– CL: Convergencia tiene más de 15 años de estar tratando de hacer este cambio en la ley, reconocemos que ha habido logros desde lo cultural y se ha incidido en los partidos polí­ticos, ahora no es polí­ticamente correcto tener sólo al «club de Toby» en el comité; pero estos cambios no son suficientes. Se ha intentado dos veces aprobar una ley de esta naturaleza, por eso ahora, nosotras decimos que «la tercera es la vencida», y eso esperamos de verdad.

Esta propuesta viene de una coordinación muy estrecha con la Comisión de la Mujer, hay que reconocer esto, ellas se interesaron desde el principio por tenerla en su agenda legislativa, recogieron esta propuesta que vení­a desde la sociedad civil y crearon una mesa de trabajo en donde se discutió y se decidió que se presentara solamente la reforma al artí­culo 212. Y las diputadas de la Comisión de la Mujer han estado apoyando; claro, costó que se entendiera la propuesta, porque toca a dos grandes monstruos de nuestra cultura: cambios en las estructuras por género y cambios en la estructura por la etnia.

Yo creo que es importante que se haya incluido a los pueblos indí­genas, porque lo que se busca es que haya realmente una participación plural que nos tome en cuenta a todos. Esta propuesta obliga a la pluralización. Y estamos diciendo, no es un privilegio, es un reclamo que estamos haciendo de terminar con los años de marginación en los que hemos estado mujeres y pueblos indí­genas.

– MMMP: ¿Por qué no se presenta esta reforma al artí­culo 212 en el marco del paquete de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos, sino que se presenta individualmente?

– CL: Se consideró que era mejor así­. Primero se visibiliza esta propuesta y no se queda metida dentro de un montón. Además, los otros temas tienen sus rechazos propios, a veces rechazos de toda la población como serí­a el incrementar el apoyo económico que se da a los partidos polí­ticos, y otras propuestas están ahí­ pendientes de analizar o de presentarse como iniciativa. Entonces, se consideró que era importante trabajarlo en forma independiente, yo creo que las estrategias cambian, pero fue más una decisión de las señoras diputadas de la Comisión de la Mujer y me parece muy bien.

– MMMP: ¿Qué va a cambiar en el paí­s si se aprueba esta iniciativa de ley?

– CL: Primero, la fotografí­a del paí­s. Verí­amos más mujeres integrando las estructuras del gobierno, el Congreso de la República, las municipalidades, porque esto también llega a las municipalidades, no es una propuesta para el gobierno central o para el Congreso nada más, esto se aplicarí­a a todos los municipios. Entonces eso también implica que las mujeres avanzan en sus conocimientos, en su experiencia, eso serí­a lo primero, sin entrar a considerar la identidad que las mujeres tengan al llegar. Esperamos que la gran mayorí­a, si no tiene una identidad de género o étnica, la adquieran a lo largo del ejercicio del poder.

Harí­a tambalear también las estructuras del racismo en el paí­s, porque una escucha que «Guatemala no es racista», pero vas a los datos del Informe de Desarrollo Humano y ves quiénes son los más pobres, quiénes son los más enfermos, y ves que los niveles de racismo están ahí­. ¿Y por qué? No es porque ellos lo quieran, sino que los marginaron, no se automarginaron, los marginamos, igual en el caso de las mujeres; se nos obstaculiza la participación.

– MMMP: Usted hablaba de la experiencia de otros paí­ses. ¿Qué ha pasado en los lugares donde se han aprobado leyes de esta naturaleza?

– CL: Las leyes han provocado más participación de mujeres en los espacios de decisión, eso es inobjetable. Sin embargo, en algunos paí­ses, no con la cantidad que esperaban. En Argentina, que fue el primer paí­s que aprobó una norma de este tipo en 1991, tuvieron que hacer una nueva reforma porque ese porcentaje que se habí­a fijado para las mujeres no funcionó, y no funcionó porque colocaron las candidaturas de las mujeres en los últimos lugares de las listas.

Eso también pasó en Costa Rica, donde tuvieron que hacer una nueva reforma y entonces sí­ se incrementó la participación de las mujeres. Costa Rica es un ejemplo para el mundo de cómo se logró incluir más mujeres en los puestos de elección popular, porque tuvieron esa precaución de una norma mejor diseñada.

– MMMP: Hay sectores que afirman que este tipo de normativas lo que hace es darle privilegios a un grupo de la población frente al otro, y que entonces no se está respetando el principio de igualdad que señala nuestra Constitución. ¿Qué responde usted a esta afirmación?

– CL: Primero el principio de igualdad, que en nuestra Constitución está en el artí­culo 4, es un ideal porque es el principio de igualdad ante la ley. Pero en la realidad, no se da esta igualdad. Entonces quienes hablan de un privilegio son quienes están en contra de que todas las personas tengan igualdad de oportunidades, y eso es lo que nos ha faltado. Las mujeres no hemos tenido las mismas oportunidades; a los hombres, por ser hombres, se les abren más fácil las puertas que a nosotras.

No es pedir privilegios, es reivindicar siglos de exclusión para las mujeres y los pueblos indí­genas. Esto es arreglar por medio de la ley, la injusticia que en la realidad se da. Para alcanzar la igualdad real se necesitan acciones que favorezcan la participación, no privilegios, buscamos esta igualdad por medio de las oportunidades que no se nos han dado.

– MMMP: ¿Qué le exigen las organizaciones de mujeres al Congreso de la República ahora que llegó esta iniciativa a la Comisión de Asuntos Electorales?

– CL: Primero, cumplir los compromisos que ha asumido el Estado de Guatemala al ratificar convenios internacionales. La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, establece la obligación del Estado de facilitar que las mujeres ejerzan este tipo de funciones.

Tenemos este compromiso nacional asumido por medio de convenios internacionales, esa es nuestra exigencia: cumplir con la ley, cumplir con las demandas de las mujeres y los pueblos indí­genas, por una diversidad de sexos y de etnias en todos los espacios. Es tiempo ya de abrir los espacios a la población excluida, a esos sectores que han estado alejados del ejercicio público.