Es legal, no polí­tico


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Las resoluciones que el Registro de Ciudadanos y el Tribunal Supremo Electoral han emitido sobre la solicitud de inscripción de Sandra Torres ex de Colom, han sido apegadas a derecho y no una demostración polí­tica como se ha manifestado de parte de los voceros oficialistas que, recordemos, son aquellos mismos que dijeron que lo moral en lo polí­tico no tení­a lugar, en referencia real a la desmedida ambición de mantenerse en el poder sin tener que apegarse a los principios básicos de cualquier persona.

 


Y es que ahora todo el tema es de quienes han querido leer la ley tal y como está escrita, contra quienes quieren darle vueltas, exprimirla y deformarla para ver cómo en una confusa nueva imagen, pueden justificar una monstruosidad tal y como la que están planteando.
 
Y claro que pueden ir a la Corte Suprema de Justicia o a la Corte de Constitucionalidad porque recordemos que será decidido por el mismo grupito dentro de los magistrados que fueron los que empeñaron su conciencia y su perí­odo entero a cambio de un puesto.  Y claro que la moneda de cambio debe haber sido el “sí­â€ a la señora cuando fue gestionado por uno de esos voceros oficiales de ahora y la entonces engraciada primera “hermana” de la nación.
 
Sin embargo, al ver los fallos en el Tribunal Supremo Electoral, entendemos que estos mismos hombres de derecho pueden enfrentar un impedimento muy grande para autorizar la inscripción de la señora porque de ese tamaño es la atrocidad que están planteando los oficialistas.  Esperamos entonces que ese compromiso que debiera permanentemente revestir el puesto, sea el consejero en el momento de la toma de decisión y no aquellas presiones que hayan recibido en el momento de pactar algunos nombramientos.
 
 Los fallos hasta la fecha, han sido legales y eso queda comprobado con los argumentos de quienes con amplia experiencia en derecho constitucional han salido a comentar cada uno de los ángulos que se le pueden ver a las resoluciones, versus las soberanas estupideces que se han dicho hasta llegar a acusar a las magistradas de machistas por oponerse a la inscripción.
 
Ahora viene lo polí­tico y es cuando los guatemaltecos debemos estar muy atentos sobre el proceder y la evidencia de esas negociaciones que fueron denunciadas en su momento y que estarán en el escenario para que el público vea al mago cuando cambia las cartas.  No hay que quitarles el ojo porque, en Guatemala, hay magistrados y personajes que le convierten lo ilegal en legí­timo.