Los acuerdos de paz en Guatemala se firmaron hace 11 años, y durante esos 11 años se ha vivido una guerra más sangrienta que los 36 años de guerra interna que vivió el país; en los 11 años de paz la violencia ha cobrado mas muertes que la guerra interna, la Policía Nacional Civil, ha sido incapaz de frenar esa guerra, y no ha podido depurar la corrupción que existe en la institución.
Todo viene porque Guatemala se ha vuelto en el país de prueba y error, donde cada autoridad de gobierno juega a tratar de cambiar el rumbo del país, donde cada cinco años que se cambia de gobierno las nuevas autoridades juegan chinchilete entre sus miembros para ver a quién le toca Gobernación, a ver a quién le tocó Educación o digan que yo quería el Ministerio de Economía porque ahí se roba mas fácil. Y no se designa con inteligencia a cada miembro de los ministerios del país.
Todo esto viene por el cambio que se acaba de dar en el Ministerio de Gobernación, Vielmann y Sperisen, son dos hombres que a mi criterio estaban haciendo bien las cosas, ellos tenían un programa para cambiar Guatemala y no se les dejó terminar dicho programa. Ellos como todo humano tienen errores, y cómo imaginar que entre sus filas existieran policías corruptos comandados por el narcotráfico y fueran ellos los que asesinaron a los diputados salvadoreños. Vielmann y Sperisen necesitaban más tiempo para terminar su programa.
Guatemala no se puede cambiar en tres años, ni mucho menos en cinco años, con la salida de ellos no se va a mejorar la situación.
Y díganme qué puede hacer ahora Adela de Torrebiarte a un año de que el tiempo de este gobierno termine, lo único que ella puede hacer y está haciendo es subir de puesto a tanto policía corrupto que quedó, y en lo que lleva a cargo del Ministerio de Gobernación no ha hecho nada, y por si fuera poco ella al final diga que no tuvo el suficiente tiempo para combatir la delincuencia; hubiera sido mejor que tanto Vielmann con Sperisen terminaran su programa y poder así limpiar su nombre. Porque bien dice Facundo Cabral:
«Es en vano que toques la puerta, ya estamos aquí, de aquí no se va nadie, no vallas a pensar que con un tiro vas a cambiar el argumento del maestro, te va reencarnar más pendejo de lo que fue». Guatemala no necesita programas de corto plazo, necesita planes y programas de largo plazo para poder cambiar así el país.