El nuevo gobernante guatemalteco está en el poder porque la mayoría exigía un cambio, una mejoría en la prestación de los servicios esenciales del Estado, pero no hay modo que eso se haga realidad o al menos se vislumbre que vamos por ese rumbo. Es muy triste comprobar que se sigue desatendiendo la obligación de proveer los recursos indispensables a las unidades especializadas en prestar servicios asistenciales de salud como por ejemplo: a la de Cirugía Cardiovascular (UNICAR), a la Nacional de Oncología Pediátrica (UNOP) y a la de Atención al Enfermo Renal Crónico (UNAERC), estando contempladas dichas erogaciones en el Presupuesto General de Gastos de la Nación.
fracaceres@lahora.com.gt
Si los pacientes de tales centros no reciben el debido tratamiento es ponerlos frente al altísimo riesgo de perder su vida. Es prácticamente imposible posponer un intervención quirúrgica ante el sangrado de un tumor maligno; no se puede dejar para mañana un tratamiento renal que puede derivar en el envenenamiento sanguíneo; como tampoco se puede dejar de realizar un procedimiento que limpie la obstrucción circulatoria en el sistema sanguíneo de un cuerpo humano. En estas unidades TODO ES URGENTE. En ellos, la vida de muchos pacientes pende de un hilo, lo que traducido al lenguaje de la administración hospitalaria significa el no tener recursos.
Si no se cuenta con el dinero indispensable para cubrir los gastos de administración hospitalaria y de funcionamiento, entre otros, para el pago de personal especializado, equipo, instrumental y medicinas no puede esperar, ni siquiera un segundo, pues su personal está permanentemente luchando por salvar la vida de un ser humano. A todos consta que sus directivos han tenido que librar una lucha permanente para obtener recursos, como que también no han escatimado inversiones, esfuerzos y creatividad para hacer llegar fondos por otros medios con tal de elevar su categoría científica e investigativa para alcanzar el debido prestigio a niveles internacionales, a pesar que es sobrada obligación del Estado sufragarlos en su totalidad.
Pero no se han limitado a proporcionar la atención solo del paciente, sino sus atenciones se han extendido a sus familiares para brindarles el debido bienestar y comodidad para que puedan estar lo más cerca de ellos, condición que reviste especial importancia cuando se trata de pacientes menores de edad, puesto que no solo evoluciona mejor su recuperación, sino que el apoyo de contar con sus familiares más cercanos, especialmente sus madres, representa que su sola presencia les dé el ánimo y valor de la esperanza indispensables.
Los defectos o errores cometidos por nuestras autoridades anteriores no pueden seguirse cometiendo. Es hora de responder a los esfuerzos que los ciudadanos honestos, trabajadores y responsables han venido dándole a su comunidad. No caben más excusas o respuestas de tipo burocrático, como las de que está pendiente de firma la emisión del cheque, la orden de pago o la transferencia monetaria.