Errores garrafales en el Banco GyT Continental


Para ninguno es un secreto que luego de la quiebra de Bancafé, en forma impresionante se ha deteriorado la confianza del público en el sistema bancario nacional. Ahora ha salido a luz que ante lo ocurrido con esa institución que se publicitaba como una de las entidades financieras más sólidas del paí­s, muchos guatemaltecos han optado por guardar el dinero bajo el colchón o en lugares que consideran más seguros, menos en los bancos.

Félix Loarca Guzmán

En su leí­da columna del diario LA HORA correspondiente a la edición de ayer martes, el licenciado Oscar Clemente Marroquí­n aborda el tema con un alto nivel analí­tico, señalando que estamos viviendo tiempos de una confianza volátil y que poco ayuda ahora el tema de la escasez de billetes, ante todo por la falta de precisión en la información que han proporcionado las autoridades correspondientes.

Junto al escándalo de Bancafé, hay que recordar que en las semanas anteriores el Banco G T Continental se vio en trapos de cucarachas cuando como consecuencia de una campaña de bolas negras para tratar de desestabilizarlo, estuvo al borde de sufrir una estampida de depositantes que ya habí­an comenzado a retirar su dinero. Los personeros de ese banco, encabezados por su presidente el licenciado Federico Linares, salieron al paso del problema con una gigantesca campaña publicitaria y de información para explicar que esa institución es una de las más sólidas de Guatemala y que no está en mala situación como se habí­an encargado de hacer creer algunas malas lenguas.

En ese contexto hay que advertir que para que el público vuelva a tener credibilidad en el sistema bancario, los funcionarios de esas instituciones tienen que trabajar muy fuerte, brindando ante todo un buen servicio.

En el Banco G T Continental se están cometiendo errores garrafales que no hacen sino minar el respaldo de la gente. Desde hace tiempo, pero ahora es más notorio, en varias de sus agencias no entregan los vueltos cabales y eso resulta imperdonable porque se trata de una entidad bancaria que no tiene por qué apropiarse del dinero del público, así­ sea un centavo o más de un centavo.

Con frecuencia algunos de los cajeros-receptores dicen a los clientes: «Le voy a quedar debiendo tres centavos» (a veces es un centavo, dos y hasta cinco centavos) y eso resulta imperdonable porque se trata de una institución que tiene como lema central «El banco donde los guatemaltecos depositan su confianza».

Esta situación se ha vuelto frecuente cuando las personas llegan a pagar el recibo del agua, la luz, el teléfono u otro servicio y desdichadamente no les entregan la totalidad del vuelto que corresponde. No se sabe si esta conducta es resultado de una polí­tica general del banco o si es una acción aislada de algunos empleados, pero el hecho es que tal comportamiento no abona a favor de los esfuerzos para recuperar el apoyo del público. Además, ya es tradicional que en el Banco G T cobran por todo. A usted le cobran por una copia del estado de cuenta, por las chequeras, por el uso de la tarjeta de débito y además en las cuentas de depósitos monetarios obligan a mantener un saldo promedio mensual de dos mil quetzales, pues de lo contrario le descuentan una comisión. Hasta hace pocos meses, ese saldo promedio era de mil quetzales. Para reconstruir la confianza hay que revisar estas medidas que no son apropiadas ni alentadoras en tiempos difí­ciles como los que se afrontan actualmente.