Equipo de Gobierno ha tenido al menos veinte modificaciones


En el equipo de altos funcionarios gubernamentales se dieron cerca de veinte cambios durante el primer año de gobierno.

En el primer año de ílvaro Colom al frente del Ejecutivo se concretó cerca de una veintena de cambios y relevos en los altos mandos de entidades del gobierno.

Javier Estrada Tobar
lahora@lahora.com.gt

El proceso de destitución de ministros y secretarios de Gobierno se ha simplificado en los últimos años, ya que con las cartas de renuncia sobre su mesa el presidente puede decidir «sacarlos del juego» en cualquier momento.

Desde la toma de posesión, en la administración de Gobierno se han efectuado cerca de veinte relevos de funcionarios por distintos motivos, que van desde una renuncia por problemas personales, hasta señalamientos por incumplimiento de labores.

La primera partida del Gabinete de Gobierno se dio dos meses después de la toma de posesión -el 18 de marzo del año pasado-, cuando José Carlos Garcí­a Macal dejó el Ministerio de Economí­a aduciendo quebrantos de salud, quien fue sustituido semanas después por Rómulo Caballeros.

El 2 de julio asumió Francisco Jiménez como ministro de Gobernación, después de que el titular de esa cartera, Vinicio Gómez falleciera una semana antes durante un percance aéreo, del cual todaví­a se investigan las causas que lo provocaron.

Luego de la primera evaluación de desempeño, el 16 de julio, Colom anunció que Eusebio del Cid y Luis López, ministro y viceministro de salud respectivamente, serí­an reemplazados por Celso Cerezo y Juan Felipe Garcí­a, y anunció la llegada de Ví­ctor Guerra al viceministerio.

El mismo dí­a se nombró a Julio César Recinos como ministro de Agricultura, en sustitución de Raúl Robles; además se anunció la salida de í“scar Figueroa de la secretarí­a de Planificación y Programación, siendo sustituido por Karen Slowing, y por último se anunció la salida de Carlos Fuentes de la gerencia de Guatel, puesto que serí­a ocupado por Amí­lcar Barrera.

El vicepresidente Rafael Espada descartó que los cambios afecten la imagen del gobierno y señaló que se mantiene una evaluación constante del desempeño de cada funcionario y de los avances en el desarrollo de los programas designados a las entidades a su cargo.

Momento de cambios

La Secretarí­a de Bienestar Social es la entidad con la mayor cantidad de relevos, que iniciaron con las salidas de Varinia Sandoval, seguida por Norma Palacios y Alejandra Vásquez; actualmente esa secretarí­a no cuenta con un jefe, por lo que es dirigida interinamente por la subsecretaria Marla Castañeda.

La Secretarí­a de Obras Sociales de la Esposa del presidente también sufrió cambios en administración en menos de un año, ya que a la renuncia de la secretaria Wendy Cuellar asumió la ex gobernadora por Santa Rosa, Marí­a Miralda Roca.

Para el analista polí­tico del Centro de Estudios de Guatemala, Sandino Asturias, el cambio de altos funcionarios en el gobierno denota la falta de una polí­tica de coordinación interinstitucional, y la ausencia de planes estratégicos a seguir.

Contrario a los argumentos del binomio presidencial, que insiste en fortalecer la institucionalidad del Estado, Asturias opina que el clientelismo y los favores de campaña prevalecen sobre la capacidad e inteligencia en los criterios para nombrar a los funcionarios.

«La inestabilidad en el Gobierno es la factura que están pagando por nombrar a personas sin capacidad», determinó el analista.

En seguridad

Pese a que la inseguridad se considera como uno de los principales problemas sociales que debe ser atendido como prioritario, los ministerios de Gobernación y Defensa entre otras dependencias relacionadas con la seguridad, han atravesado contundentes en los últimos meses.

Carlos Quintanilla, ex jefe de la Secretarí­a de Asuntos Administrativos y de Seguridad, y Gustavo Solano, ex secretario de Análisis Estratégico, dejaron sus cargos luego de que Colom denunciara ser ví­ctima de espionaje en Casa Presidencial y su oficina particular, el pasado 4 de septiembre.

En diciembre pasado, Colom separó de su cargo al entonces ministro de la Defensa, Marco Tulio Garcí­a y el puesto fue ocupado por Abraham Valenzuela, a la vez que Roberto Campos Sánchez ocupó el viceministerio que anteriormente se encontraba dirigido por Carlos René Alvarado.

En aquella oportunidad también se anunciaron cambios en el alto mando del Estado Mayor de la Defensa y el inspector del Ejército, entre otros cambios de funcionarios a los internos de la institución castrense.

Luego de relevar a Gómez en la cartera del Interior, Francisco Jiménez se mantuvo en la dependencia durante seis meses hasta su reciente «ascenso» a la coordinación técnica del Consejo Nacional de Seguridad, el cual fue anunciado junto con el nombramiento de Salvador Gándara como responsable de Gobernación.

INTERIOR Relevos en seguridad


Los cambios en la dirección de la cartera del interior incidieron para que se nombrara a tres distintos directores del Sistema Penitenciario y en dos oportunidades a la jefatura de la Policí­a Nacional Civil, que actualmente representa Marlene Blanco Lapola.

«Si acaso tienen un plan de seguridad, esperamos que le den continuidad», dijo Hugo Maúl, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, al ser consultado sobre los posibles impactos en la estrategia de seguridad por consecuencia de los constantes cambios de funcionarios.

«La institucionalidad debe respetarse, así­ como también los programas de seguridad, ya que de ello depende la efectividad de las polí­ticas de seguridad», dijo Maúl.

Durante la administración de Colom resaltan la salida de Mario Gordillo de la Procuradurí­a General de la Nacional, Carolina Roca de la Superintendencia de Administración Tributaria, y Juan Luis Florido del Ministerio Público.

En el caso de Roca y Florido, el Ejecutivo informó que los funcionarios se retiraron de forma voluntaria, mientras que Portillo liberó una batalla legal para continuar en su cargo, lo cual fue imposible.

«La inestabilidad en el Gobierno es la factura que están pagando por nombrar a personas sin capacidad»

Sandino Asturias,

analista