Si bien los términos no son sinónimos, tienen una íntima relación en la justicia social y en el proceder que debe existir entre trabajadores, patronos o empleadores. La equidad en el trabajo implica salarios justos, periódicamente ajustados conforme a la capacidad de la empresa o el empresario, quien sin requerimiento obligatorio debe reconocer y compensar la importancia que implica el trabajo o trabajador en la existencia de una pequeña, mediana o gran empresa. Ello conllevará armonía y paz social tanto a nivel individual, colectivo, como nacional.
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Un trabajador que recibe prestaciones económicas, trato justo y equitativo es un amigo, un aliado en el éxito de la empresa de la cual es parte. En otras palabras, como ya lo dijera en otra oportunidad “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, lo que siempre redundará en un mutuo beneficio, evitando fricciones y antagonismos improcedentes que afecten o destruyan la paz social.
En estudios de la Organización de Naciones Unidas y del Banco Mundial, Guatemala salió calificada recientemente como el país más inequitativo de América Latina, salvo Haití. La pobreza y extrema pobreza que afecta a más de la mitad de los guatemaltecos es injustificable y el aumento de la Canasta Básica Alimenticia que consiente y permite el actual gobierno, con el concurso del Ministro de Economía, Sergio de la Torre, del Comisionado Presidencial para la Competitividad, Juan Carlos Paiz y del Ministro de Trabajo, Carlos Contreras, es vergonzosa.
En Guatemala la concentración de la riqueza en comparación a cualquier país de América Latina es oprobiosa. Podemos decir que tenemos más helicópteros, más aviones particulares -incluyendo jets- y más yates proporcionalmente que cualquier otro país latinoamericano, lo que comprueba los extremos entre la pobreza y la riqueza.
Ninguna persona correcta, con sentido común puede aceptar esa desigualdad, esa falta de equidad. “Lo que se siembra tarde o temprano se cosecha” y por el bien de toda Guatemala, de nuestros hijos y nietos, debemos aceptar y colaborar para que eso cambie en el sentido positivo. Ser menos millonario no debe ser un problema, pero pretender que la mitad de los guatemaltecos casi se mueran de hambre es sembrar a través de la desigualdad una bomba de tiempo que necesariamente estallará.
El Día del Trabajo se debe celebrar con la conciencia tranquila, ello implica que el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, le diga a sus socios de la Cámara de Industria, de la Cámara del Agro, de la Cámara de Comercio y Servicios y todos los demás, que deben modificar, ellos y sus socios, la injusticia de no proveer de oportunidades de trabajo dignas, justas y bien remuneradas para que todos los padres de familia puedan dar educación, salud, seguridad, bienestar y todo lo que un ser humano necesita para desarrollarse y vivir en paz.
Fundesa, Amigos del País, el Consejo Social -que se financia con nuestros impuestos y todas las organizaciones sociales o de fachada- deben de manifestarse el 1 de mayo en pro de la equidad y el rechazo a la desigualdad.
¡Guatemala es primero!