Época de malas cuentas y peores tratos


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En medio de fuerte polémica, presentación de amparos e incumplimiento en las metas de recaudación tributaria, el Partido Patriota hizo cálculos, se alarmó y decidió que podía suspender la eterna interpelación al Ministro de Cultura y Deportes con el apoyo de 84 diputados, en afán de conocer y aprobar un crédito por 237 millones de dólares.

Juan Antonio Mazariegos G.


Como todos recordaremos, en medio de otra polémica, también provocada por la interminable interpelación ya relacionada, la Corte de Constitucionalidad fue consultada al respecto de cuáles son los parámetros para detener la interpelación, en aras de determinar aquellos casos en los que el Congreso de la República debe de entrar a conocer por razón de plazo constitucional y al respecto resolvió que  cuando se trate de plazos fijados por la Constitución basta el apoyo de 80 diputados, mientras que cuando se trate de asuntos que no tienen un plazo constitucional deben de apoyar 105 diputados a efecto de proceder a suspender la interpelación que dicho sea de paso, según la misma Constitución no puede ser suspendida.

El argumento utilizado por el oficialismo, quien contó para el efecto con el apoyo de las bancadas TODOS, Gana y otras minoritarias, es que el crédito en cuestión serviría para financiar el actual presupuesto del Estado y que en consecuencia, sí tenía un plazo constitucional y podía ser conocido con el número de congresistas ya apuntado.
    Sin perjuicio de  que a mi juicio jamás debió de haber sido consultada la Corte de Constitucionalidad al respecto de problemas de carácter político de un poder del Estado, es importante analizar las condiciones en las que se está tramitando esta autorización del Congreso, puesto que el endeudamiento ya de por sí a mi juicio inadecuado, se ve también cuestionado en cuanto a la legitimidad de la aprobación del mismo y falta aún ver, cuál será la posición del banco acreedor cuando vea que la aprobación de su préstamo se lleva todas las portadas de los diarios nacionales y no precisamente por la altura de la discusión en su aprobación.

Por supuesto, esta Junta Directiva del Congreso ya no sorprende a nadie, son constantes las güizachadas de las que echan mano para lograr sus objetivos, entendiendo también que la oposición no puede jactarse de ser un conjunto de monaguillos y en cuanto a la calidad de sus argumentos y tácticas parlamentarias entre ambos bandos no se hace uno en el Congreso de la República.
   
Sin duda, al percatarnos de los números de la recaudación tributaria entendemos que al Gobierno no lo alcanzarán los fondos para cumplir sus compromisos presupuestarios y esto impulsa el que veamos estas “interpretaciones” antojadizas de la resolución de la Corte de Constitucionalidad, sin embargo, es obligación y derecho de todos Nosotros los Ciudadanos el cuestionar    no solo el fondo, sino la forma en que se realizan las actuaciones de los diferentes poderes del Estado. En el caso que nos ocupa al Ejecutivo no le salen las cuentas, el Congreso no entiende de ellas y todos hacen tratos, no importa si malos o peores para seguir endeudando al país.