Envidia


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Es un sentimiento de carácter universal, es decir, todas las personas hemos podido experimentarlo. Aún desde niños, dentro de la rivalidad fraterna y ha sido nombrado como uno de los pecados capitales. Sin embargo hay poca difusión del entendimiento de esta emoción y de la manera de cómo abordarla.

Dra. Ana Cristina Morales M.

 


Dentro los hallazgos de algunas de sus definiciones:
* Tristeza o pesar del bien ajeno.  Parece ser lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener, sino la felicidad en ese otro.  Por lo que es posible concluir que este sentimiento origina al resentimiento, que no busca que a uno le vaya mejor, sino que al otro le vaya peor.
* Del latí­n invidia, es aquel sentimiento en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades u otra clase de cosas.
* Bertrand Russell, sostení­a que la envidia es una de las más potentes causas de infelicidad.  Porque aquel que envidia no sólo sucumbe a la infelicidad que le produce su envidia, sino que además alimenta el deseo de producir el mal a otros.
* Arthur Schopenhauer, filósofo alemán. La define como una declaración de inferioridad.
* Chumy Chúmez, humorista gráfico y escritor español, considera que la envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.
* Miguel de Unamuno, Filósofo y escritor español que una demostración de envida es un insulto a uno mismo.

Lo particular de la envidia es que hace sufrir intensamente a los envidiosos, pero también trunca la vida y la felicidad de sus ví­ctimas.  La gente envidia a veces lo inenvidiable, es decir, envidian a las personas porque consideran que han tenido una mejor fortuna que sí­ mismos.  Sin embargo, nadie puede vivir en el interior de la otra persona, en realidad todas las personas somos únicas y con caracterí­sticas propias.
 Muchas veces desde el  exterior podemos pensar que buena es la vida de aquella o de aquel otro.  Pero, nos olvidamos de  la conciencia de que el vivir no es fácil para ninguna persona, y que de complicaciones, problemas y sufrimientos, nadie queda exento en la vida.
Cuando sentimos envidia la pregunta que tendrí­amos que hacernos es ¿De qué carencia pienso adolecer?, esto nos ayuda a comprender nuestro interior, nuestro sentido de eficacia y de autoestima y a buscar mecanismos que nos ayuden a fortalecernos.
 La envidia es una señal de que yo me observo con menosprecio, defectuoso y poco afortunado.  Esto se debe a que no me estoy centrando en mí­ ser, sino que busco compararme de manera frecuente con otras personas y me olvido de mí­ mismo. Les concedo más importancia a los demás que a mi propia persona.
En la vida siempre habrá quienes nos superen en nuestras cualidades, o tengan más bienes materiales.  Pero si yo no me acepto a mí­ como persona, la envidia siempre será una fuerza interior beligerante en mi existencia.
 Es un buen aprendizaje aprender a admirar a otros, ya que eso nos impulsa a mejorar nuestras actitudes, a buscar mejores estilos de vida, a emular conductas.  Ya que al tener admiración por alguien de alguna manera, estamos convirtiendo a esta persona en un modelo de vida a seguir. Pero esta admiración que surge no de manera necesaria tendrá como consecuencia el sentirnos con envidia de los otros.
Este tema es de gran amplitud, pero para finalizar comparto con ustedes una frase de Napoleón Bonaparte: “Si hubiera un solo hombre inmortal serí­a asesinado por los envidiosos”.