Los científicos del mundo entero están preocupados por la amenaza creciente de un sismo y un tsunami devastadores en la ciudad indonesia de Padang, cuyos 800.000 habitantes viven sentados sobre un barril de pólvora.
Este puerto de la costa oeste de la isla de Sumatra, a unos 400 km de Singapur y 850 km de Yakarta, está situado entre dos líneas sísmicas: la gran falla continental de Sumatra y una subducción (deslizamiento del borde de una placa de la corteza terrestre por debajo del borde de otra) oceánica.
La subducción es estudiada con particular inquietud, ya que la fricción submarina de las placas tectónicas indoaustraliana y eurásica, que se acercan a la velocidad de cinco a seis centímetros por año, podría causar próximamente centenas de miles de muertos en Padang.
En sus estudios, los sismólogos dividen la subducción a lo largo de Sumatra en diferentes «segmentos». Dichos segmentos están acumulando cada vez más tensión, que liberan bruscamente en temblores de tierra, explica Christophe Vigny, del Centro National de Investigación Científica de Francia (CNRS).
Sin embargo, la relación de los últimos sismos, incluido el del 26 de diciembre de 2004 que generó un tremendo tsunami en el océano Indico, demuestra que todos los segmentos han «crujido», salvo el de Padang.
«El sismo de 2004 rompió 1.200 km de falla a partir de 3 grados (de latitud) norte (…) La última secuencia de sismos rompió, a primera vista, 300 km de falla entre -5° et -2°», detalla Vigny.
«Toda la subducción se ha roto, desde 6 grados sur hasta el mar de Andaman, hacia los 12-14 grados norte, salvo un pequeño pedazo de 100-200 km justo enfrente de Padang», añade el investigador, que ha regresado de Sumatra.
Según Danny Hilman Natawidjaja, del Instituto indonesio de ciencias, el temblor de tierra que eventualmente sacudiera Padang podría alcanzar una magnitud de 8,5 a 8,9 grados. Numerosos edificios se derrumbarían incluso antes de la llegada de un tsunami.
El balance de víctimas «dependerá del número de personas que hayan logrado huir», según el especialista. Pero las peores proyecciones prevén un tsunami de 5,5 metros de altura, que penetraría dos kilómetros en la ciudad y arrasaría la mitad de la localidad.
Para Kerry Sieh, geólogo especialista de Sumatra en el Instituto de tecnología de California, esta catástrofe es «muy probable».
«Lo más difícil de hacer es cambiar las infraestructuras para limitar el derrumbe de los edificios y las pérdidas humanas y materiales debidas al tsunami», asegura el científico a la AFP.
Fauzi, de la Agencia de Meteorología y Geofísica (BMG) indonesia, recuerda que los expertos «no son capaces de predecir la fecha de dicho sismo».
Desde el tsunami del 26 diciembre de 2004, que dejó un balance de cerca de 168.000 muertos en Sumatra, la comunidad internacional ha invertido unos 60 millones de dólares en construir un sistema de alerta antitsunami en el océano Indico. La mayor parte de la suma ha sido concedida a Indonesia.
El objetivo último es instalar un dispositivo global, eficaz en menos de quince minutos (el tiempo de llegada de un tsunami a Sumatra), que asocie sismógrafos, boyas detectoras, alertas difundidas por los medios de comunicación y los mensajes SMS y un sistema de sirenas en la costa.
Sin embargo, la burocracia indonesia ha retrasado la puesta en marcha del dispositivo. Hoy en día, Padang cuenta sólo con seis sirenas en el litoral.