Yo Opino:

Que lo aquí­ se dice no es sacado de telenovelas, sino de la realidad polí­tica de Guatemala, que habiendo tanta gente honrada, los que se pasan de listos nos tienen a su merced y haciendo de las suyas sin que nadie haga nada para salir de esta situación.

Se condena a prisión a un señor por haber extraí­do unos millones de las arcas del Estado, pero no se dice nada de un polí­tico candidato a presidente que fue beneficiario de esa operación; anda huyendo un ex ministro de Finanzas por haber pagado los contratos que firmó un ex ministro de Comunicaciones, pero este último también es postulado para ese elevado cargo de elección popular; un ministro religioso se postula para un cargo que le es prohibido de acuerdo con la Constitución, pero el Colegio de Abogados, Ministerio Público y el Tribunal Supremo Electoral, ni siquiera se dan por aludidos.

Bueno, entre padrinos de la mafia y ministros religiosos vamos avanzando hacia las elecciones en Guatemala, pero más parece que estuviéramos en Italia, pero cuidándonos de no mencionar a otros que están financiados por actividades ilí­citas y que tienen gran control de las instituciones y del territorio nacional.

A lo largo de la campaña los polí­ticos empiezan a evaluar las perspectivas de triunfo o de fracaso y en ese orden de ideas, se empiezan a jugar las cartas que muchas veces les descubren sus temores. Tal el caso de la Carta Amnistí­a que se jugaron en forma adelantada y desesperada dos partidos polí­ticos que patrocinan a los padrinos, presagiando que ya ven la cercaní­a de la debacle a la hora final.

A estos partidos que patrocinan padrinos y ministros religiosos la única esperanza que les queda es que los guatemaltecos seamos olvidadizos y que votemos por ellos aunque sea por equivocación.