Hoy inicia en Río de Janeiro, Brasil, la Cumbre Río + 20, en la que líderes mundiales debatirán sobre los nuevos modelos de desarrollo sustentable y los retos globales frente al cambio climático. La ministra de Ambiente y Recursos Naturales, Roxana Sobenes, explica la posición que presentará en representación de Guatemala, junto con el canciller Harold Caballeros.
ejuarez@lahora.com.gt
Antes de viajar a la Cumbre, Sobenes, quien ya ha ocupado cargos en el Ministerio de Ambiente en administraciones anteriores, explicó a La Hora algunos de los temas más importantes del debate mundial y ofreció su punto de vista sobre los problemas internos medioambientales del país.
¿Qué posición lleva Guatemala a la Cumbre Río + 20?
La posición de Guatemala en la Cumbre es totalmente productiva, ya que estamos ofreciendo acciones concretas. Primeramente, en el punto del cambio climático, reingenierías de adaptación y mitigación que eviten el riesgo de desastres naturales en Guatemala, pero también el fomento de la economía verde, que es una de las principales directrices que se tienen, además de los puntos críticos de este tema tan importante. Esto para promover el desarrollo sostenible de nuestro país de manera participativa.
¿Cuáles son los principales temas que le preocupan o se encuentran en la agenda?
Para fomentar la economía verde se está pensando en el aprovechamiento de los recursos naturales renovables y no renovables de manera racional; también en la compatibilidad de todo lo que se va a producir con los factores ambientales de cada región del país. Asimismo, se plantea trabajar intensivamente en los campos del cambio climático, que son tanto la gobernabilidad como la adaptación, para afianzar las medidas de mitigación y desarrollar las capacidades para afrontar todos los procesos de este fenómeno, que son los desastres naturales. Además están las aplicaciones de las fuentes de energía alternativa, que es también economía verde, con énfasis en energías limpias y renovables, además de promover y fomentar el turismo sostenible y otras áreas de economía verde. También pasa por tener procesos que permitan la diversificación productiva con inclusión y pertinencia cultural.
¿Estima que existe la posibilidad de pasar de los discursos a las acciones con la Cumbre, aun con los antecedentes de otras reuniones sin resultados tangibles?
No es una decisión propiamente de nuestro país. Hay varios bloques de países desarrollados y obviamente países como el nuestro, que está en vías de desarrollo. La negociación es natural que tienda a ser más tensa, más que todo con los grupos que están ahorita tratando de llegar a un acuerdo en esta Cumbre. Yo creo que existe la voluntad de los demás países, y al nuestro le servirá concretar acuerdos que nos puedan favorecer a todos. El gran desafío es alcanzar un desarrollo sostenible que incida en los niveles de pobreza a nivel mundial y nos dé a nosotros la oportunidad de desarrollarnos, pero también asumir todos esa gran responsabilidad de proteger el medio ambiente y prevenir los desastres naturales, para garantizar un mejor futuro para nuestra especie y que las futuras generaciones tengan acceso a los recursos naturales y al ambiente. Hay varias posiciones que están tensas ahorita en la negociación en Río. Ahora recién empiezan las comisiones de alto nivel, donde ya los tomadores de grandes decisiones vamos a tener que tratar de llegar a acuerdos que sean respetados por todos y que sean también realistas, para que esta no sea una Cumbre más.
En las Cumbres asisten representantes y delegados de gobierno. ¿Es necesario que los sectores productivos y la sociedad también se involucren en el tema?
Si vemos la postura de Guatemala en la Cumbre de Río +20, esta fue preparada por más de dos años con una serie de talleres, tanto incluida la sociedad civil como diferentes sectores que hace que nuestra postura sea enriquecida y convalidada en un proceso que se llevó de manera transparente y que se reforzó en estos últimos meses. Es una decisión a nivel mundial que nos afecta a todos de manera más directa que indirecta, y definitivamente es nuestro derecho a desarrollarnos de una manera sostenible; entonces es fundamental la participación pública de todos los sectores en este tipo de posturas.
¿Cree que Guatemala camina por las vías del desarrollo sustentable? ¿Qué lectura hace de la oposición a la minería y las hidroeléctricas, criticadas por varios grupos?
En realidad tenemos todavía muchísimos caminos que reorientar. Acabamos de dejar una administración que ha causado mucho desgaste y en realidad no ha orientado bien los recursos de nuestro país. Nosotros somos un Gobierno del cambio, que nos va a permitir en realidad lograr obtener ese ansiado desarrollo sostenible. El camino es muy largo y no podemos pretender que los cambios sean inmediatos, pero vamos caminando con pasos firmes para lograr esos objetivos. En realidad, en el tema desarrollo económico no se puede tomar de manera generalizada; cada caso es distinto y dependerá de la problemática y la complejidad del caso particular y de las condiciones de análisis para podernos pronunciar. Me parece que es un poco irresponsable hablar de campos tan grandes como es la generación de energía limpia a través de generación hidroeléctrica y hablar de oposición en términos tan generales, pues cada caso es distinto. Definitivamente el derecho a desarrollo económicamente existe y también es totalmente legítimo el derecho a tener una calidad de vida mejor, y no se está ningún momento negando ni la salud ni el recurso natural ni el ambiente; de ninguna manera ambas posturas deben de estar contrapuestas. El gran reto es precisamente compatibilizar el desarrollo económico responsable y fomentar las inversiones. Nuevamente vuelvo a decir, de manera responsable que no pongan en riesgo la salud de los habitantes porque no tiene que ser así. Hay muchos países con experiencias exitosas en esos campos y no ha sido a costa de la vida y la salud de los habitantes.
¿Considera que hacen falta compensadores sociales y más diálogo para entender los megaproyectos?
Definitivamente falta información, mucha información que tienen que tener las comunidades. Se tienen que hacer muchos esfuerzos para que la participación pública crezca y que la información adecuada e imparcial de todos los niveles económicos sea llevada a las poblaciones, y evitar que personas inescrupulosas se beneficien; ellas mismas tienen en estos temas como objetivo lograr el conflicto y causar ingobernabilidad. En nuestro país la tarea es muchísima y es una tarea que todos juntos podemos lograr. No podemos hablar en términos generales. Cada caso tiene diferente complejidad; eso va a resultar de un análisis que se haga de cada caso, el lugar donde se vaya a realizar un proyecto, las características ambientales y recursos naturales, y otras actividades que se realicen de manera paralela. Realmente la complejidad de un análisis en el tema ambiental no nos permite tener una postura parcializada con cualquier clase de desarrollo económico. Hay que realizar un análisis de cada caso para pronunciarse al respecto.
En Guatemala muchas concesiones estatales se obtienen a base de tráfico de influencias y ello hace que los demás requisitos sean un formalismo, como el tema del estudio de impacto ambiental. ¿Cómo velará usted por el ambiente siendo la garante en el tema?
En realidad, no debería de ser así. El instrumento de regulación ambiental es un proceso de análisis y evaluación caso por caso (…) es un sistema que nos permite tener insumos y además un proceso establecido en ley. En realidad, le digo que no podemos andar de esa forma, porque no me parece ni estoy de acuerdo. En realidad es una de las formas a nivel mundial, no solo en Guatemala, que sirve para que la población tenga la garantía de que se exigen ciertos requerimientos y entre más trasparentes y más madure el sistema de gestión ambiental, mejores serán las garantías a la población guatemalteca. En realidad lo que estamos haciendo es verificando que los sistemas de gestión ambiental sean lo que establece el reglamento de seguimiento ambiental; que se quite toda la burocracia corrupta que se operó en el gobierno anterior.
¿Qué se necesita para encauzar al país en las vías de la sustentabilidad en todos sus aspectos?
El gran reto a nivel mundial es lograr el desarrollo económico y a la vez proteger el ambiente y los recursos naturales. El objetivo que debemos de lograr es único. Aquí sí podemos hablar de términos generales, que es elevar el nivel de vida de nuestras poblaciones, siendo responsables y además trabajando en el desarrollo sostenible. También dejando esa herencia, ese legado, a las nuevas generaciones, para que puedan disfrutar de la misma forma que lo hacemos nosotros y aprovechar también responsablemente los recursos naturales y el ambiente; también parte del reto es desarrollarnos hoy con la responsabilidad en el uso de nuestro patrimonio natural, para dejar en realidad la misma oportunidad a las generaciones futuras.
¿Qué compromisos está dispuesto a adquirir el Gobierno para cumplir con los objetivos de sustentabilidad?
En realidad tendríamos que hablar cuando ya hayamos llegado a ese nivel. Ahora es muy, en realidad, muy prematuro hablar de esto. La Cumbre no ha terminado; está en proceso. Actualmente no se ha llegado a un consenso en realidad sobre los medios de implementación de acuerdos que se pretenden concretar en esa Cumbre. Eso lo tendríamos que hablar ya en el desarrollo de la Cumbre, para ver cómo va dándose ese gran desafío a nivel mundial para determinar cuáles serán los compromisos que Guatemala va a asumir para poder implementar y hacer una realidad los acuerdos que se den.
Proteger el medio ambiente y facilitar el desarrollo de la población tiene un alto costo, ¿cómo honrarían esos compromisos?
Definitivamente que sí son esfuerzos muy grandes. No es nada más que un efecto económico, es definitivamente un esfuerzo de los guatemaltecos. El Gobierno solo, es imposible que pueda admitir una labor tan grande; tiene que ser una participación activa y obviamente como un equipo que somos, un solo país, para trabajar conjuntamente para lograrlo. El Gobierno puede ser un facilitador al admitir su función con total responsabilidad, pero cada uno de los habitantes de la República está obligado a promover el desarrollo económico en este país de manera sostenible. Entonces, es muy importante que toda la población sepa que todos somos responsables de la implementación de estos acuerdos y por eso es importante tener una participación bien preparada y con muchos talleres, para que la gente pudiera pronunciarse y llevar una posición como país.
Al sistema productivo global se le responsabiliza, en buena medida, por el cambio climático. ¿Es justo que los países pequeños, como Guatemala, paguen por las políticas de países desarrollados?
El tema de cambio climático, no es por llamarlo así, es un tema injusto. Nosotros mismos somos responsables del calentamiento global, pero la naturaleza no responsabiliza con desastres naturales a los causantes de este cambio climático. Desafortunadamente, los países que menos aportamos con emisiones al ambiente somos los que llevamos la peor parte de los desastres naturales. Guatemala es uno de los países más vulnerables a nivel mundial y de allí es donde se da la importancia a estos congresos, para que las súper potencias que han sido responsables de estas grandes catástrofes asuman su responsabilidad con los países a los cuales nos llega este gran desgaste y grandes catástrofes, que no son ocasionadas por nosotros, sino por otros países responsables. Esto nos hace ver que todos estamos juntos en esta batalla por lograr subsistir como especie y lograr que permanezca nuestro único hogar, que es el planeta Tierra, pero lo importante de estas Cumbres es llegar a acuerdos justos donde los responsables asuman su responsabilidad en todas las formas y también no nos miren a nosotros como países en vías de desarrollo, sino que nos den oportunidad de poder enfrentar este cambio climático del cual nosotros no somos responsables.
¿Se puede exigir un mecanismo de compensaciones para los países menos contaminantes y más vulnerables ante el cambio climático?
En realidad lo que sucede acá es que sí se han hecho algunas propuestas en estas Cumbres, pero hasta estos momentos no se ha llegado a acuerdos. Nosotros no podemos imponer estos acuerdos; son acuerdos negociados que muchos países dentro de esta Cumbre están pidiendo, como un fondo verde que sea alimentado por los países desarrollados, pero no se ha llegado a un común acuerdo. De manera paralela también se están haciendo otros esfuerzos para que se fortalezca la transferencia de tecnologías, pero todavía se está en una negociación. Es muy prematuro determinar cómo va a ser el final de esta Cumbre.
Pareciera que los fenómenos naturales son cada vez más intensos y a la vez, el país continúa en una franca situación de vulnerabilidad. ¿Cuál es la ruta a seguir en Guatemala para afrontar el cambio climático?
Otra vez, hablo de un trabajo de equipo. Hay muchísimo por hacer; la propuesta del señor Presidente –Otto Pérez Molina– en la Cumbre de las Américas sobre la cultura verde sería una de las grandes soluciones de adaptación. No podemos decir que esto va evitar que los desastres sucedan, pero nos podría permitir estar mejor preparados para encararlo. Hay muchísimas acciones que están en el plan de trabajo, que ahora son programas de Gobierno y que tienden a eso, precisamente, a tratar de reducir el impacto de estos fenómenos en nuestro país. La labor es mucha y sí es importante hacer que las superpotencias asuman esa responsabilidad de ayudarnos para tener las capacidades para poder responder de manera adecuada, para salvaguardar nuestros bienes y la vida de nuestros habitantes.
“El objetivo que debemos de lograr es único. Aquí sí podemos hablar de términos generales, que es elevar el nivel de vida de nuestras poblaciones, siendo responsables y además trabajando en el desarrollo sostenible”.
“Actualmente no se ha llegado a un consenso en realidad sobre los medios de implementación de acuerdos que se pretenden concretar en esa cumbre”.