Entre gritos de protestas y música de marimba


Como un suceso importante más, para la historia de nuestro paí­s tuvimos la visita del presidente de los Estados Unidos de América el señor George W. Bush y su esposa, acontecimiento que robó cámara y desplegados en los medios de comunicación.

Edith González

Las opiniones encontradas no se hicieron esperar, aunque yo encontré más opiniones negativas, y de rechazo. Y cuando pregunté ¿por qué? Lo hubo de todo. Quienes dijeron que culpa del TLC con los Estados Unidos estaban entrando las pacas a Guatemala y que ello habí­a dejado sin trabajo a muchos vendedores de la economí­a informal.

Alguien opinó que rechazaba la visita de Bush porque debido a que muchos de los productos guatemaltecos se iban a los Estados Unidos, todo estaba más caro ahora en el mercado.

Y por supuesto el tema que acaparó la mayorí­a de puntos fue el de los migrantes, a quienes incluso se refirieron como ilegales.

La generalidad de las opiniones en este aspecto se centró en la repatriación de los guatemaltecos, y la gente se preguntaba, ¿Por qué los mandan de regreso, si aquí­ no hay trabajo?

Como si fuera Bush y no Berger el que debiera de atender las necesidades de los guatemaltecos.

Más de alguien habló de la separación familiar que la repatriación de ilegales provoca, haciendo énfasis en los niños nacidos allá y que se quedaron solos.

Y yo recordé muchos casos en que los padres emigraron ilegalmente dejando aquí­ a sus hijos pequeños solos. Bueno quizás no es lo mismo? pero si tanto les preocupan sus hijos y la unión familiar por qué no buscan la manera de traerlos con ellos.

Las relaciones humanas definitivamente son muy complejas, porque aquí­ en la capital la gente protestó porque en Santa Cruz Balanya registraron las casas previo a la llegada del presidente Bush, pero según informaron por la radio. Allá todo el pueblo salió a recibirlo y no se oyeron protestas de ellos.

Ojalá el presidente Bush hubiera tenido tiempo para visitar los 332 municipios, y sus aldeas, quizás así­ lograrí­amos tener calles asfaltadas y limpias, escuelas y bibliotecas, y no digamos, como la que allí­ funciona con computación, servicios médicos dentales, y más.

Los medios de comunicación publicaron de todo. Desde las manifestaciones previas hasta las capturas realizadas en las cercaní­as del Aeropuerto Internacional La Aurora, el que según Berger, cuando las reparaciones finalicen será uno de los más bonitos.

Aunque para ello se haya sacrificado el dinero destinado a la educación y se realizarán transferencias, del Ministerio de Educación, en beneficio de los viajeros del aire, mientras que los niños se quedaron sin recibir útiles, desayuno, refacción y no digamos que existen muchí­simos lugares en donde no hay escuelas o no hay maestros.

Pese a que el anuncio oficial de la Casa Blanca afirma que el presidente Bush vení­a a «experimentar la rica diversidad cultural» se criticó que hablara de la comida de los paí­ses visitados. ¿Y qué mejor muestra la diversidad cultural que la gastronomí­a?

Sin embargo, no se dijo que no hubo manifestación de diversidad cultural guatemalteca, al exponer la marimba, danzas folclóricas y el juego de pelota maya, sin mostrar la maestrí­a de los músicos de la Orquesta Sinfónica, o la calidad de las voces de ílvaro Aguilar, el Coro de niños Guatemala, que pudieron interpretar melodí­as nacionales o el grupo de danza garí­funa.

Tal parece que los guatemaltecos seguimos buscando quien nos las paga y no quien nos las debe, acostumbrados a los gobiernos paternalistas, hemos dejado de exigirle al nuestro: trabajo, vivienda y respeto y alzamos la voz hacia el de arriba.

Cuando la primera responsabilidad es nuestra, que se inicia al dejar de prepararnos y no conocer lo que ocurre a diario en nuestro paí­s. No ejercer el sufragio, porque para qué. Con dejarnos llevar por lo que el vecino dice.

Cada quien siembra lo que cosecha, y finalmente debe atenerse a las decisiones de quien salió electo, en este caso el presidente Berger, de quien lamento no llevara a Bush a conocer el Teatro Nacional, seguramente ahora podrí­a relucir brillante y pulido, como desde hace mucho no se ve. O la majestuosa obra de la arquitectura el mapa en relieve de la República de Guatemala obra del Ingeniero Francisco Vela.

Y por qué tanta bulla, carros blindados, seguridad, y calles cerradas, pues ni modo, como decí­an las abuelas: «Así­ como el sapo es la pedrada».