Entre el drama y el alivio: el efecto de la mafia en torno al Transurbano


repo_1

El 20 de abril inició una jornada de violencia en contra de los buses de la ruta Maya, que dejó varias personas muertas, otras heridas y familias desintegradas.

repo_2repo_3repo_4

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Esa inseguridad derivó en un paro del transporte, que a la vez sirvió para justificar el ingreso de 40 buses del Transurbano en esa colonia y áreas aledañas, lo que para algunos usuarios representó “alivio”, para los conductores y ayudantes generó “desempleo”.

Antes del Transurbano

El primer atentado contra los buses de la ruta Maya, que prestan el servicio a la colonia con el mismo nombre, ocurrió el 20 de abril, cuando pocos buses circulaban en la Capital, tras el descanso de Semana Santa.

Las víctimas fueron el piloto Ricardo Arroyo Calderón, de 24 años y los ayudantes Manuel de Jesús Pichiyá Reyes, de 26; Baudilio Laureano Esteban Morales, de 20, y Eswin Oswaldo García, de 18.

Arroyo Calderón murió en la Calle Martí y 23 avenida de la zona 6, mientras que las otras personas perecieron en el Hospital San Juan de Dios, según informaron en ese momento los cuerpos de socorro y la Policía Nacional Civil (PNC).

Como es usual, un día después, la atención se volcó a esa zona, pues centenares de usuarios se quedaron sin transporte para trasladarse a sus centros educativos y de trabajo, cuando los transportistas realizaron un paro de labores para exigir seguridad.

Sin embargo, este no sería el único hecho violento o de amenaza, ya que un día después, un bus de la misma ruta con placa C-085 BDL, que se encontraba parqueado en la colonia La Barreda, zona 18, fue quemado por pasajeros de una motocicleta, quienes lanzaron una botella con líquido inflamable. 

Nuevamente, el 25 de abril, a inmediaciones de la 2ª. calle y 11 avenida de la zona 1, se reportaba otro hecho violento y en esa ocasión en contra de Byron Estuardo Hernández Iturrios y William Orlando Pérez, conductor y ayudante de un bus de la misma ruta.

El ataque ocasionó otro paro de transporte y cobros excesivos de parte de conductores de servicio alterno, lo que llevó a la Municipalidad de Guatemala a prestar momentáneamente transporte gratuito en esa colonia y posteriormente el ingreso del Transurbano.

Según Carlos Sandoval, vocero de la Municipalidad de Guatemala, el ingreso del Transurbano a la colonia Maya fue una medida de emergencia ante la ausencia de transporte, pues desde el 25 de abril empezó la escasez de buses en el sector.

“Esto fue una medida de emergencia en el área, porque el 25 de abril se suspendió el servicio de transporte público por el tema de los asesinatos y las extorsiones de los pilotos, pero no notificaron a la Municipalidad de Guatemala, en este caso a la Superintendencia de Transporte Público (STP)”, indicó Sandoval.

El comunicador agregó: “Desde el 26 de abril se les notificó en base al artículo 62 del Reglamento de la Superintendencia de Transporte Público que debían retomar su posición laboral, o tenían un plazo de 30 días hábiles para subsanar la problemática de transporte. Ellos no lo hicieron, entonces el 6 de junio empezó a operar el Transurbano en el sector”.

VIOLENCIA ANUNCIADA

La llegada del Transurbano no fue bien recibida en la zona 18, ya que en el primer día de circulación, el pasado 7 de junio, uno de estos buses fue atacado a balazos, causando heridas al piloto Édgar Benjamín García, de 42 años.

Por el suceso fue detenido Félix Torres Gómez, quien según la institución policial, trabajaba en los buses que operaban en la ruta Maya antes del funcionamiento del Transurbano.

Un día después, la situación se repitió en el bulevar Los Olivos, donde otra de estas unidades de transporte fue atacada, donde un niño de cinco años resultó herido, así como Juan Estuardo de la Rosa Díaz, de 20 años.

Los supuestos responsables fueron trabajadores de los buses rojos de la misma ruta y fueron identificados como Douglas Bernabé Lacán, de 21 años, así como dos adolescentes de 16 años.

Tras los hechos, el Ministerio de Gobernación (Mingob), anunció que desplegaría a más de mil agentes de la PNC para resguardar el perímetro donde circulaban los Transurbanos.

Por otro lado, Walter González, representante de los conductores de dichas unidades, consideró “injusto y desigual”, la cantidad de policías y soldados desplegados en el sector, mientras ellos no tuvieron el mismo “privilegio” cuando laboraban en los buses rojos.

ALIVIO Y NECESIDAD

Usuarios del transporte de la zona 18 fueron consultados para conocer su opinión sobre el funcionamiento del Transurbano y algunos dijeron sentir un alivio con el servicio, principalmente porque no se les falta al respeto y no tienen que ser obligados a escuchar el radio con volumen alto.

“A mi criterio está magnífico, porque ya estábamos cansados de los buses rojos. Los pilotos eran malcriados, groseros, se iban a vuelta de rueda, con el gran musicón y fumando. En cambio los buses azules son más rápidos”, indicó Eladia Méndez, pasajera de las unidades de transporte de la ruta Maya.

De forma similar opinó Esteban Jiménez, quien considera que en el Transurbano hay conductores educados y no es necesario pelear por el cambio al momento de pagar el pasaje.

“En estos buses es más tranquilo, hay más respeto para los niños y los adultos, son bien educados los pilotos y no hay problema, no fuman adentro, no andan con el radio a todo volumen y no hay problema con los vueltos. Antes peleaba uno con ellos, iban tres o cuatro cobrando atrás y cuando uno quería su vuelto de Q5 no lo devolvían y con esa gente atrás daba pena”, indicó.

Sin embargo, no todos opinan lo mismo, Maritza Calderón, quien labora en la economía informal y viaja constantemente  al mercado La Terminal dijo que los Transurbanos no permiten que ingrese su mercadería, salen más tarde que los buses rojos y las rutas son muy cortas.

“Los buses rojos salían a las 4 de la mañana. En cambio los Transurbanos salen a las 05:40, yo viajo a La Terminal porque vendo chuchitos, chiles rellenos y tamales, y salgo a comprar lo que necesito para mi venta, pero con estos buses no nos dejan subir y hay que ir transbordando”, indicó la entrevistada.

Calderón agregó que son los pasajeros quienes tienen derecho a escoger los buses que necesitan y aunque está consciente de que el otro servicio de la Maya no era el mejor, al menos llenaba algunas expectativas.

“Yo pienso que es mejor que la gente escoja sus buses, no la Municipalidad, aquí nos impusieron la ruta porque esta llega a la Atlántida, ahí usted toma un Transmetro verde para el Parque Colón y si va para la 18 –calle– toma otro y ahí ya van Q3, mientras que los rojos por Q1 lo llevaban hasta la 18 calle y por otro Q1 lo regresaban a la colonia”, indicó.

Carmen Osorio, vendedora de ropa usada, coincidió con Calderón, sobre que estas rutas son cortas y debe gastar más dinero.

“Los Transurbanos solo llegan a (la colonia) Atlántida y dos quetzales están cobrando, de ahí hay que pagar otros Q2 para el Parque Colón y si uno no tiene dinero no puede, yo me perjudico porque voy a hacer mis mandados a La Terminal y buses para allá no se encuentran, en cambio en un bus de la Maya, traigo mis costales de ropa para vender, por eso prefiero los buses rojos”, indicó.

Sergio Sandoval, vocero del Transurbano, fue consultado por algunas de las quejas sobre las rutas cortas, indicó que no se descarta la ampliación de las mismas.

“El proceso se va a ir ampliando previo a afinar las primeras acciones, en ese sentido es la Municipalidad capitalina la que establece la normativa y nosotros la apoyamos.  No se descarta que en algún momento se puedan ampliar las rutas, es muy temprano, pero se deben asignar para el proceso que nos permita con la tranquilidad del caso extendernos”, refirió.

DESEMPLEO

De acuerdo con Walter González, representante de los extrabajadores de los buses que recorrían la ruta Maya, el ingreso del Transurbano generó el desempleo de unos 300 pilotos y ayudantes, quienes hoy obtienen ingresos a través de oficios como albañilería o como cargadores de bultos en La Terminal.

“Esto fue de la noche a la mañana y esto vino a perjudicar a los usuarios y a nosotros se nos complica porque algunos tienen antecedentes policíacos.  Lo que causaron es dejarnos sin trabajo, al abrir una fuente de empleo también abrieron una fuente de desempleo, si el gobierno no quiere tanto criminal en la calle por qué hace esto”, indicó.

Según el entrevistado, la situación se ha complicado porque muchos de los conductores no contaban con prestaciones de ley y el automático despido los dejó afectados.

González agregó que la violencia generada antes del ingreso de los buses azules causó que madres de familia y viudas de pilotos y ayudantes se quedaran sin el apoyo económico de sus hijos y esposos.

El conductor dijo a La Hora que buscan la forma de volver a sus puestos de empleo y por ello están recolectando firmas para hacer una petición formal a la Municipalidad y a empresarios, para prestar el servicio de transporte nuevamente.

Édgar Guerra, de la Defensoría del Usuario del Transporte Público, de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y quien ha acompañado a los pilotos de la ruta Maya, indicó que la institución está mediando para que no se les vete el derecho al trabajo a estas personas y se busquen alternativas para ellos.

NO RESPONDE

La Hora intentó obtener una declaración de Luis Gómez, directivo de la Asociación de Empresarios del Transporte Urbano, que opera los buses del Transurbano, para conocer detalles sobre cuál es la inversión que se hizo para el ingreso de estos buses con servicio en la ruta Maya y colonias aledañas, pero no contestó a las constantes llamadas a su teléfono celular.

En su lugar, se buscó a Sergio Vásquez, el portavoz de la institución, quien dijo que únicamente Gómez podía pronunciarse al respecto.

“(El ingreso del Transurbano) fue una medida de emergencia en el área, porque el 25 de abril se suspendió el servicio de transporte público por el tema de los asesinatos y las extorsiones de los pilotos, pero no notificaron a la Municipalidad de Guatemala, en este caso a la Superintendencia de Transporte Público (STP)”.
Carlos Sandoval
Municipalidad de Guatemala

“A mi criterio está magnífico, porque ya estábamos cansados de los buses rojos. Los pilotos eran malcriados, groseros, se iban a vuelta de rueda, con el gran musicón y fumando. En cambio los buses azules son más rápidos”.
Eladia Méndez
Pasajera

“Los buses rojos salían a las 4 de la mañana. En cambio los Transurbanos salen a las 05:40, yo viajo a La Terminal porque vendo chuchitos, chiles rellenos y tamales, y salgo a comprar lo que necesito para mi venta, pero con estos buses no nos dejan subir y hay que ir transbordando”.
Maritza Calderón
Vendedora y pasajera