Entre dimes y diretes


Editorial_LH

El incidente en el Teatro Nacional ha sido indudablemente bochornoso pero puede ser superado en cuanto a eso por la actitud que están mostrando los principales actores políticos que se están enredando en una polémica que no tiene sentido porque el caso tiene que ser esclarecido por las autoridades competentes, es decir, mediante una investigación que corresponde al Ministerio Público sin interferencias de consideraciones políticas que enturbian por completo el avance de investigaciones y confunden a la opinión pública.


La explotación política del ataque contra la Vicepresidenta no contribuye a esclarecer los hechos y menos a propiciar un ambiente de confianza en que se establecerá propiamente quién o quiénes están atrás de la planificación, por demás obvia, del hecho. Mientras se sigan tirando los platos por la cara los políticos, menos probabilidades hay de que, al final, la investigación termine siendo creíble para la población porque se está enturbiando tanto el ambiente que surgen demasiadas especulaciones que influyen en el sentimiento de la población.
 
 No pensamos que sea un caso para que alguien pueda tratar de sacar provecho político porque si así se intenta, al final de cuentas todo puede resultar contrario a los intereses porque el bombardeo termina cansando a la gente que se siente instrumentalizada por el cruce de acusaciones entre las formaciones políticas.
 
 Por ello es que consideramos fundamental que se deje el tema a los investigadores independientes para que sean éstos los que puedan, sin interferencias, establecer el origen del hecho repudiable que puso en evidencia grandes fallas en el sistema de seguridad. Fallas por las que, evidentemente, se hizo pagar ayer a los periodistas porque lo que no pudieron hacer para prevenir la agresión a la Vicepresidenta, sus agentes de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad lo hicieron con los reporteros que estaban cubriendo la salida de la funcionaria del hospital a donde fue trasladada. En efecto, contra los elementos de prensa los guardaespaldas mostraron toda su furia contenida, sin duda porque alguna reprimenda por inútiles recibieron luego de la incapacidad para evitar lo que se investiga como atentado.
 
 Que el proceso siga su marcha, que la investigación avance, y mientras tanto, el pueblo apreciará más que los funcionarios se concentren en sus obligaciones puntuales para el buen desempeño de la gestión pública. Todo lo demás tiene demasiado olor a circo, mismo que se inyecta por esa tendencia desmedida a generar controversia adicional a lo que de por sí significa ese vergonzoso hecho.

Minutero:
Para no enredar los tamales
 que dejen a los tribunales
 que vean lo que ha pasado
 con tan peculiar atentado