Enfrentar el pasado con dignidad


GLADYS_MONTERROSO

“Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.” Mariano José de Larra

El juicio contra Ríos Montt, salga absuelto o condenado, no solamente polarizó más a la población, le puso la guinda al pastel, al desnudar la realidad actual, de los comandantes de la izquierda de la época en la que Guatemala vivió una de las peores etapas de su historia reciente,

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


En lo personal me da pena ajena, que hoy, pasados los años, los mismos que idearon las acciones de la contrainsurgencia se den golpes de pecho,  asumiendo una posición conservadora, cuando en su momento no les importó involucrar y mandar al despeñadero a quienes creyeron en sus discursos acalorados, y más aún, confiaron en ellos, ese, señores, es el meollo del asunto. Se libró una guerra que duró 36 años, sangrienta, en la que incluso la academia jugó un papel importante, muriendo algunos idealistas irrepetibles, pero también se involucraron en la misma, muchos jóvenes de la época, que querían terminar la situación de pobreza y desigualdad que vivían, y vive el país, quizás hoy peor que en la etapa anterior a la guerra, por eso muchos creyeron que la solución no podía darse de otra forma más que por medio de la lucha armada, en la que a mi criterio estaban luchando en un enfrentamiento desigual, ya que los EE. UU., la oligarquía, y sus operadores en ese tiempo en el país, utilizaron al Ejército para acallar las voces que se levantaron, en esa vorágine de pasiones que vivió la humanidad, muchos se involucraron por utópicos, otros creo sinceramente por la novedad, y otros más porque necesitaban el cambio, el resultado: masacres, violaciones, desapariciones forzadas y otros crímenes más que marcaron a la sociedad guatemalteca, porque el tiempo puede pasar, pero el dolor solamente desaparece con la muerte.

Terminó la lucha (aparentemente) todos se sentaron a negociar, sin embargo, olvidaron algo muy importante, que en los actuales momentos se hace más evidente, es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano, por eso es bastante insultante, que con los años, hoy vengan los mismos que incendiaron el polvorín de la subversión, con discursos falaces, cuando lo ético  es que asuman su responsabilidad histórica. Con sumo asombro, he leído y escuchado entrevistas a distintos actores intelectuales de la izquierda guatemalteca, quienes parecen padecer de Alzheimer intelectual, ya que justifican los hechos ocurridos, y las muertes de miles de guatemaltecos, porque no vivieron en carne propia ninguno de los delitos de lesa humanidad cometido contra la población civil, los “intelectuales” de las izquierdas se encuentran con las manos manchadas de sangre, ya que fueron los artífices de la guerra interna, el problema es no aceptar su responsabilidad histórica, y defraudar la memoria de  todos los caídos por creer en ellos.

Actualmente se justifica subliminalmente todo lo vivido, incluso negando lo ocurrido, por lo visto, los años menguaron la fogosidad de la juventud, pero ¿Y los muertos?  ¿Y los torturados por creer en los que hoy niegan su propio pasado?

Los artífices de la izquierda que tergiversan lo ocurrido, y que en su momento, utilizaron su liderazgo para reclutar seres valiosos para después con el paso del tiempo cerrar la puerta, y asegurarse convenientemente que la sangre no fue derramada, y que no fue tan grave lo que el país vivió, solamente son comparables con los asesinos de los niños, las mujeres y  los ancianos, primero por no tener las agallas de asumir su responsabilidad ante la sociedad, y segundo porque su supuesto idealismo solamente trajo subdesarrollo y pobreza de todo tipo al país, incluyendo la intelectual, por cada quien que niegue su pasado, mil ojos le perseguirán, porque su delito es más grande, por no asumir su responsabilidad.