Las selecciones de fútbol de Brasil y Chile saldrán a la cancha del Ullevi Stadium de Gotemburgo, en Suecia, mañana, para un partido amistoso en el que ambos equipos tendrán la vista puesta en Venezuela, escenario de la próxima Copa América.
Se trata de un amistoso al que las dos selecciones sudamericanas llegan con expectativas completamente distintas en términos de la definición de su equipo, aunque la proximidad de la Copa América brinda a los dos la oportunidad de probar esquemas y alternativas.
Además, los dos equipos cayeron en el mismo grupo en la Copa América, y deberán verse de nuevo las caras el 1 de julio.
Para la escuadra pentacampeona mundial, que busca reencontrar su punto de equilibrio después de la traumática derrota en el Mundial de Alemania el año pasado, la Copa América será el primer torneo de importancia bajo la batuta del entrenador Carlos Bledorn ’Dunga’.
Al frente de una selección que prácticamente necesita de victorias tanto como de aire para respirar, Dunga optó por una renovación drástica. En los primeros siete amistosos disputados, el entrenador convocó nada menos que 30 diferentes jugadores.
Con la nómina de convocados para el amistoso ante Chile, el número de jugadores llamados por Dunga para ser observados con la camiseta ’amarelinha’ subió a 44.
Al presentar su lista de convocados para el partido ante Chile, Dunga dejó claro que la idea es llamar al mayor número posible de jugadores, y si es posible convocar futbolistas juveniles, ya pensando en los Juegos Olímpicos de Pekín en el próximo año.
Para enfrentar a Chile, Dunga llamó a jugadores como Ilsinho (Sao Paulo), Kléber (Santos), Josué (Sao Paulo) o el arquero Cássio (Gremio), futbolistas que aún no tienen prestigio internacional pero que tienen plenas condiciones de hacerse un lugar en cualquier selección.
Por las dudas, Dunga mantuvo en la lista a estrellas como Ronaldinho (FC Barcelona), Kaká (AC Milán), Gilberto Silva (Arsenal), Lúcio (Bayern Múnich), Robinho (Real Madrid) o a jóvenes en plena ascensión como Fred (Olympique de Lyon) o Diego (Werder Bremen).
En el medio de esos dos extremos, tendrá a disposición a jugadores que van consolidando un lugar en la selección, como Júlio César (Inter), Gilberto (Hertha Berlín) y el espléndido mediocampista Elano (Shakhtar Donetsk).
Del otro lado del terreno, la selección chilena conducida por el uruguayo Nelson Acosta busca ajustar las piezas que pretende poner en juego en la Copa América.
Acosta tendrá para frenar a Brasil a un ’naipe’ de mediocampistas de alto nivel, como Matías Fernández (Villarreal), Jorge Valdivia (Palmeiras), Luis Jiménez (Lazio), Mark González (Liverpool) y Claudio Maldonado (Santos).
Para la zona de ataque, Humberto Suazo (Colo Colo) acompañando a Reinaldo Navia (Atlas). Nombres como los de estos jóvenes llevaron a varios analistas chilenos a apuntar que podría tratarse de la mejor generación de futbolistas locales en décadas.
Valdivia es la principal duda de Acosta. El notable jugador del club brasileño Palmeiras viajó a Suecia quejándose de molestias musculares, y su evolución es acompañada de cerca por el entrenador.
El arquero Miguel Pinto (Universidad de Chile) admitió que enfrentar a Brasil nunca es fácil, pero destacó que «sirve para saber en qué nivel estamos». Ese misterio -válido para las dos selecciones- quedará develado mañana.