Enfermera sortea riñón por TV


Polémica. La cadena BNN se encuentra a las afueras del hospital donde se encuentra la internada la enfermera holandesa.

Una enferma holandesa en fase terminal se disponí­a hoy a elegir al beneficiario de su riñón entre tres candidatos, en directo ante las cámaras de televisión, una iniciativa que ha provocado una gran polémica en toda Europa.


«La Gran Donación» (The Big Donorshow) es el tí­tulo de la emisión, que si la justicia o las autoridades holandesas no lo impiden, tení­a previsto pasar a hora de máxima audiencia en Holanda y el extranjero, el viernes en la noche (hora local).

La televisión pública responsable, BNN, está resuelta a emitirlo.

Sus responsables admiten el «mal gusto» de la emisión e insisten en que no será repetida, y en cambio destacan con satisfacción la atención que han logrado despertar en el mundo entero.

«Cada año, centenares de personas mueren porque no hay bastantes donantes. ¿Lúgubre? Esa es la realidad», señaló BNN en su sitio Internet, tras estimar que «el tiempo de las palabras pasó, es momento de actuar».

La difusión de la emisión coincide con el quinto aniversario de la muerte del fundador de BNN, Bart de Graaff, que esperó en vano un donante durante siete años.

«La Gran Donación» fue concebida por Endemol, el célebre grupo de producción holandés inventor de la telerrealidad, y en particular de El Gran Hermano.

Lisa, de 37 años, y afectada por un tumor en el cerebro, es la protagonista de la emisión. Debe decidir entre tres pacientes, con edades entre 18 y 40 años, seleccionados por los productores.

Con mensajes a través del celular, los televidentes podrán tratar de influenciar su elección.

Este no es el primer escándalo televisivo de BNN, después de haber difundido una serie de programas de educación sexual sin tabúes, así­ como emisiones consagradas al sexo y las drogas.

El año pasado, la emisora obtuvo en cambio elogios al difundir una serie de reportajes sobre jóvenes pacientes en fase terminal, bajo el tí­tulo: «Tendrán que pasar por encima de mi cuerpo».

Los ministros de Salud, Ab Klink, y de Medios de Comunicación, Ronald Plasterk, condenaron la emisión. En cambio, la fundación holandesa para los transplantes de órganos se apresuró a precisar que no apoyarí­a la operación que tenga que realizarse después.

Otra asociación en favor de la donación de órganos en Francia, juzgó el programa «repulsivo».

Según BNN, el escándalo tuvo su efecto deseado: varias personas propusieron sus riñones a los «perdedores» de la emisión.

Pero la Federación Holandesa de Médicos apeló a sus miembros a no participar. «El sufrimiento de la gente no deberí­a ser objeto de una emisión de entretenimiento», criticó.

BNN asegura, ante las advertencias de los médicos, que el transplante tendrá lugar, aunque sin cámaras.

En Holanda el transplante de órganos está sometido a reglas estrictas. Los donantes no pueden escoger al destinatario, pero esa regla tiene una excepción con los riñones, cuyo donante puede elegir al beneficiario si se demuestra que hay un ví­nculo entre los dos.