“Enfermedades de pobres” afectan a miles y causan decenas de muertes


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Guatemala se encuentra entre las naciones donde se reportan una alta incidencia de las enfermedades «de pobres», es decir, que se podrían evitar en alguna medida si la población disfrutara de una alimentación adecuada, servicios de agua potable y saneamiento; acceso a atención médica y educación.

POR PAOLINA ALBANI
palbani@lahora.com.gt

Las enfermedades no atacan a todos por igual y de eso pueden dar cuenta los países pobres, donde se reportan miles de contagios y decenas de fallecimientos por padecimientos que en otras latitudes ya fueron erradicados.

De acuerdo con información del Sistema de Información Gerencial de Salud, del Ministerio de Salud Pública, las enfermedades “de pobres” más comunes en Guatemala son: la malaria, tuberculosis, dengue y VIH/sida.

Desde el 2011 a la fecha se reportan 91 mil 917 contagios por estas enfermedades y 668 fallecimientos.

PROBLEMA ESTRUCTURAL
Fernando Girón, Defensor de la Salud de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), dice que las condiciones del sistema de salud en Guatemala son una de las debilidades más fuertes a afrontar y esto se debe a que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) es uno de los más bajos en la región.

Es así que el Estado se ha quedado corto para brindar estos servicios a todos, incluyendo los de Salud. En un anterior reportaje publicado por La Hora, se indicó que el sistema de salud solo puede dar cobertura a un 25 por ciento de la población, dejando al resto desprotegido.

“Estamos fallando”, asegura Girón, pues mientras la cantidad de personas empobrecidas aumenta así también aumentara la demanda de servicios de salud. Así, la baja escolaridad y las enfermedades reflejan la pobreza que hay en el país.

Dos aspectos estructurales y dos individuales son determinantes para el acceso a la salud y son: los bajos ingresos económicos, la baja escolaridad –que influye en la creatividad de las personas para salir adelante-, el acceso al agua potable y la desnutrición de la niñez.

Adrián Chávez, analista de salud del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac), dice que la problemática estructural es la que lleva a que las inequidades sean tan grandes.

Además, esto ha provocado que el desarrollo estructural quede rezagado. “La riqueza es para pocos” e igualmente pasa con el progreso,  asegura.
 
Por aparte, el analista opina que la salud en el país se ha visto comprometida por dos razones: el aumento de las enfermedades transmisibles que no son atendidas y, por otro lado, las causas de mortalidad han variado en los últimos años, por lo que ahora las personas mueren de enfermedades no comunes, como la neumonía, la diabetes, problemas renales, entre otros, pero también aumentan los contagios por vectores y por falta de prevención.

Ante esta situación, el experto de Ipnusac indica que la respuesta por parte del Estado guatemalteco no ha sido la que se necesita, pues de un lado, hay servicios, medicamentos y atención de calidad disponible para un grupo reducido de personas, mientras que una mayoría se ve afectada por la inaccesibilidad, el maltrato y, en ocasiones, la negligencia médica, lo que demuestra que, efectivamente, Guatemala a pesar de dar signos de “desarrollo” aún es un país de grandes contrastes.

Erik Pavía, presidente de la Red de Enfermedades Catastróficas, indica que la obtención de enfermedades de fácil prevención –como la malaria y el dengue- tienen que ver con el desconocimiento de la población y el poco interés que se ha dedicado a estos temas, pues en este sentido asegura que el Estado ha soltado la mano de los guatemaltecos.

“El Estado no tiene buena intención de darnos salud”, opina.

Por otro lado, Pavía recuerda a las autoridades que la salud es un bien público, aun así considera que la aplicación de los Derechos Humanos es tomada por “letra muerta”. Y es que la salud no solo es la ausencia de enfermedad sino un buen estado físico, emocional y psicológico. Por ello, que queda claro que el Estado no posee no solo los fondos suficientes, sino la voluntad política necesaria para cambiar esta realidad para incluir a estos grupos, que cada día aumentan un poco más, dentro de esta garantía fundamental.

Según Girón, el 1.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a salud. “La gente seguirá enfermando y los servicios continuarán siendo deficientes”, refiere en cuanto a la baja inversión. Así, es imposible mejorar los servicios de salud si no hay una buena cobertura  por parte del Estado.

Aun así, el año pasado se dio un aumento al presupuesto con 500 millones de quetzales destinados a aumento en el pago de los salarios.

Según el analista de Ipnusac, en Guatemala existe una negligencia estructural que impide el acceso al derecho a la salud. Los recursos que actualmente son asignados al  Ministerio de Salud, reflejan los intereses de los gobiernos, dice.

Ante este panorama, los guatemaltecos que asisten a los Centros de Salud Pública no siempre cuentan con la suerte ser enviados a casa junto con el medicamento necesario para apaciguar sus males.

LOS MÁS VULNERABLES
Otra problemática que surge junto con la deficiencia en salud es la falta de incentivo de los médicos para visitar las comunidades más vulnerables, incluyendo a las del interior.

En este sentido, Chávez dice que el Estado adeuda a la población mejores servicios con lo que este ente invisible, rector de la vida de los guatemaltecos, no cumple con su rol de protector pues, siendo la salud un Derecho Humano, no basta con proveer una red de servicios, medicinas y personal, sino que se necesita garantizar mejores opciones de vida a las personas.

CONTAGIOS

MALARIA
El paludismo es causado por un parásito denominado Plasmodium que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Entre los síntomas del paludismo destacan la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Entre las intervenciones fundamentales para controlar la malaria se encuentran el tratamiento con medicamentos basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteros impregnados en insecticida y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.

TUBERCULOSIS
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que suele afectar a los pulmones y es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis). Se transmite de una persona a otra a través de gotículas generadas en el aparato respiratorio  pacientes con enfermedad pulmonar activa. La infección por M. tuberculosis suele ser asintomática en personas sanas, dado que su sistema inmunitario actúa formando una barrera alrededor de la bacteria. Los síntomas de la tuberculosis pulmonar activa son tos, a veces con esputo que puede ser sanguinolento, dolor torácico, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudoración nocturna. La tuberculosis se puede tratar mediante la administración de antibióticos durante seis meses.
 
DENGUE
El dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito de la especie Aedes infectado por alguno de los cuatro virus del dengue. La enfermedad afecta a habitantes de zonas tropicales y subtropicales. Los síntomas aparecen después de 3 y 14 días tras la picadura infecciosa. La enfermedad se manifiesta como un síndrome febril y afecta a lactantes, niños pequeños y adultos. Los síntomas varían, desde una fiebre moderada hasta una fiebre alta incapacitante con cefaleas intensas, dolor retroobitario, dolor muscular y articular, y exantema. No existen fármacos antivíricos específicos contra el dengue. El dengue hemorrágico es una complicación potencialmente mortal que afecta principalmente a los niños.

VIH/SIDA
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta a las células del sistema inmunitario, alterando o anulando su función. El sistema inmunitario es deficiente cuando deja de poder cumplir su función de lucha contra las infecciones y enfermedades. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH.  El VIH puede transmitirse por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada, la transfusión de sangre contaminada o el uso compartido de agujas, jeringuillas u otros instrumentos punzantes. Asimismo, puede transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia.