“Conocer la verdad ayuda a sanar las heridas del pasado… ” (Diario elPeriódico 11/5, citando a la Presidenta del Tribunal Primero A de Mayor Riesgo). La condena contra Ríos Montt no es solamente importante para las víctimas, sino para la sociedad entera, porque es una forma de confrontarse con el pasado, no entre sí” (Diario La Hora 11/5, citando a la investigadora Jo-Marie Durt).
A lo largo de todo el proceso, páginas y páginas se escribieron para impulsar la tesis de que a través de la justicia habría reconciliación, se habló de la justicia como vía para el perdón y que sin un debido proceso Guatemala no tendría paz. Hoy día, nos guste o no la misma, hay sentencia, aún con amparos e impugnaciones pendientes, el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo arribó a la conclusión de que el exjefe de Gobierno, Efraín Ríos Montt es culpable, como autor, de los delitos de Genocidio y Delitos contra deberes de Humanidad y lo condenó, en suma de ambas penas, a cumplir una condena de 80 años de prisión. El proceso, todo un circo, fue una lucha máscara contra cabellera, en donde se invirtieron los papeles y el acusado debía de probar que no había cometido genocidio mientras que la acusación se empecinó en presentar una serie de hechos, la mayoría ciertos, pero no relativos al delito que se juzgaba, los cuales jamás probaron, en mi opinión, la intención del acusado, de eliminar parcial o totalmente al pueblo ixil o su participación directa en los hechos.
Al final, un País totalmente dividido, confrontado y con todas las heridas del pasado y del presente abiertas, se enfrenta a un escenario en donde las posiciones son tan rígidas que no dejan espacio al análisis o a la discusión de ideas, si no, únicamente a la descalificación y al ejercicio de cavar trincheras para inmovilizar posiciones. No sé si alguien todavía crea que la sentencia trajo paz y reconciliación. No dudo que haya traído alegría o confort a las familias de las víctimas, de hechos distintos al genocidio que sin duda se dieron, pero imagino que ni ellos tienen paz al saber de la zozobra que se armó en el juicio y que pasará mucho tiempo antes de que se asiente el polvo que se levantó con ella.
Al leer el fallo del Tribunal, la Presidenta del mismo hacía hincapié en que en los planes de contrainsurgencia, Sofía, Victoria o cualquier otro nombre que haya tenido, se hablaba del enemigo interno, concluyo que el enemigo interno del General Ríos Montt era el pueblo ixil y como consecuencia de ello era culpable de los delitos relacionados. No sé si en algún lugar del País que haya vivido los horrores de la guerra, no haya habido otro enemigo interno, seguramente de una etnia diferente pero estoy seguro que sí. Hoy, sin embargo, no tiene que buscar mucho si quiere encontrar enemigos, la mitad del País, es enemigo interno de la otra mitad.