“La duda lleva al examen, y el examen a la verdad” Pedro Abelardo
La Semana Santa, es una época de reflexión, y, dependiendo de las creencias de cada quien, así será el destino que se tome, en el ejercicio de su libre albedrío, siempre y cuando no le toque trabajar.
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En ese orden de ideas, nos damos cuenta, que siendo Guatemala un país de raíces religiosas, y que, además de ser un acto de fe, todo el ceremonial de Semana Santa, como las alfombras, procesiones, y demás, se han convertido en una expresión cultural, artística, de convicción, y atracción de propios y extraños, y que, cada año, el guatemalteco que acude al cumplimiento de sus creencias, se siente prisionero, ya no solamente de talanqueras, rejas y demás (siendo en teoría libre). También en las calles del Centro Histórico, se vive un encierro total. A la fecha trato de entender al señor Arzú, (a quien he tratado de comprender desde hace muchos años) ¿Cuál es el objetivo del cierre, cada día más radical de tantas calles? ¿Juega con quienes le votaron, encerrándolos cual ratones en una ratonera, en la que hace experimentos? Es incomprensible cómo cada día cierra o estrecha más calles, cuando el tráfico vehicular es cada vez más intenso, por lo que, caminar por la capital (ya no solo el Centro Histórico) es cada vez más denso, aunado a la estrechez de las calles, que no eran originalmente así, los de Emetra obstaculizando cada día más el paso, pero, ¿Es ese el trabajo del Alcalde? No, no es así.
Las elecciones pasadas, pensó que podía perder su feudo, y prometió llevar a cabo varios proyectos, los que hasta la fecha no ha cumplido, por ejemplo ¿Qué pasó con la implementación de un sistema de captación de agua de lluvia? Para que nunca nos faltase el agua a los capitalinos, decía, por lo menos debería existir ya la primera fase, me parece, y, ¿Las cámaras de monitoreo y guarderías? Tan solo una debería existir para que las madres trabajadoras, que cada día son más, puedan dejar a sus niños, sabiendo que estarán en un lugar que les ayudará en su desarrollo, posteriormente ¿Dónde quedó olvidada su famosa “ciudad del futuro”? Tomando en cuenta que el futuro es hoy, si ese es el concepto que el Señor Feudal tiene de “la ciudad del futuro” como que fregados estamos, porque no existen guarderías para los miles de niños que las necesitan, el Transmetro no ha crecido en relación a su extensión, seguimos viviendo con déficit de agua, y para cerrar con broche de oro, cada día nos encierra más, con la excusa inexcusable de sembrar florecitas y arbolitos, cuando más vehículos transitan en la ciudad, y el tráfico debería ser más fluido, los ingresos de Su Muni (de él) porque mía no es, no sé si del fino lector lo sea, se dilapidan en cerrar o estrechar calles, o sembrar florecitas, así se concretiza la ofrecida “ciudad del futuro”.
En Semana Santa, se vivió aún más la asfixia a la que nos tiene sometidos, ya que los católicos y no católicos, así como turistas que viven las procesiones anualmente, este año más que el pasado vivieron como nuestro flamante alcalde, con sus medidas impopulares asfixió a los acompañantes de uno de los momentos más emblemáticos de la cultura guatemalteca, me surgió la duda, ya que este señor mató la zona 1, por lo cual tenemos un remedo de Centro Histórico, ¿Será que piensa matar también un bien religioso y cultural como son las procesiones, porque él no comulga con la religión católica? O, ¿Pensará que estarían mejor en zonas más comerciales en las que sus amistades tienen proyectos de construcción? El amado Gabo, si estuviera vivo se asombraría que su realismo mágico se queda corto en este país, y termino con la siguiente pregunta ¿Será que en un futuro las procesiones serán en centros comerciales para que consuman más los creyentes y turistas? En este país todo puede suceder.