El futuro primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, del derechista Likud, se encaminaba hoy hacia la formación de una alianza de gobierno restringida a la extrema derecha de Avigdor Lieberman, aunque sigue manteniendo la opción de un equipo ampliado.
«Estamos de acuerdo en todos los principios y asuntos y en la distribución de ministerios y sobre la opción de un gabinete de unión», dijo a la prensa un diputado del Likud, Guideon Saar, luego de haber firmado hoy en la madrugada un acuerdo de coalición con Israel Beitenu, el partido de Lieberman.
En las legislativas del pasado 10 de febrero el Likud obtuvo 27 diputados e Israel Beitenu logró 15 escaños de la Knesset (120 bancas en total).
«No cerramos la puerta a un gobierno ampliado y, si se forma, provocará cambios» en el acuerdo del Likud y de Israel Beitenu, añadió Saar, que supervisa las negociaciones para la formación del gabinete.
Según los términos de este primer acuerdo de coalición, Israel Beitenu obtendrá el ministerio de Relaciones Exteriores, atribuido a Lieberman, igual que los de Seguridad Interior, Infraestructura, Turismo e Integración (migración).
Reaccionando a este esperado nombramiento, el diputado árabe-israelí Ahmad Tibi pidió a «los jefes de la diplomacia europea que no se reúnan con ese fascista que aboga por la expulsión de los árabes».
«Llamo también a la diplomacia árabe a boicotear a Lieberman y a no reunirse, ni pública ni secretamente» con Lieberman, dijo Tibi.
El Likud continuará las negociaciones con sus aliados naturales, los partidos religioso y de extrema derecha, en particular el Shass ultraortodoxo sefaradí (11 escaños), la Lista Unificada de la Torá (ultraortodoxo) con cinco diputados, la Unión Nacional (cuatro) y Hogar Judío (tres).
Según los plazos legales, Netanyahu tiene que formar su gobierno y presentar su investidura ante el Parlamento antes del jueves, de lo contrario deberá pedir al presidente israelí, Shimon Peres, que prolongue ese plazo dos semanas más.
«En este último caso, podría ser sometido a crecientes presiones que prefiere evitar y ello pese a que la opción de un gabinete ampliado no es demasiado fuerte», indicó un alto responsable del Likud que pidió el anonimato.
Netanyahu reactivó la esperanza de un gabinete de unión al reunirse en secreto y de forma prolongada la semana pasada con su rival del Kadima (centroderecha), la actual ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, que en las legislativas obtuvo 28 escaños.
Según el diario Jerusalen Post, Livni mantuvo reuniones con el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, jefe del Partido Laborista (13 escaños) con miras a un eventual trabajo conjunto.
En todo caso, anoche Livni reafirmó que su partido sólo se sumará a un gobierno con el Likud si su programa establece la necesidad «de dos Estados para dos pueblos» (Israel y Palestino), y la de «proseguir el proceso de paz reanudado en la conferencia internacional de Annapolis» (Estados Unidos) celebrada en noviembre de 2007.
«Son exigencias fundamentales y «Bibi» (Netanyahu), debe admitirlo o bien orientarse a la derecha», declaró Livni.
Netanyahu rechazó la ida de un Estado palestino.
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Abul Gheit, expresó desde Bruselas su preocupación ante un gobierno israelí con la extrema derecha pues «potencialmente, puede provocar daños» en el proceso de paz israelo-palestino.
La Unión Europea se mostró prudente hoy ante la perspectiva de un nuevo gobierno israelí con la participación de la extrema derecha, una alternativa que preocupa a Egipto por su posible impacto en la paz en Oriente Medio.
«Estamos enfrentados a un factor negativo, que potencialmente puede crear daños» en el proceso de paz, dijo en Bruselas el canciller egipcio, Ahmed Abul Gheit, en referencia al «surgimiento de un gobierno de extrema derecha en Israel».
El futuro primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, del derechista Likud, se encaminaba hoy hacia la formación de una alianza de gobierno restringida a la extrema derecha de Avigdor Lieberman, aunque sigue manteniendo la opción de un equipo ampliado.
Si los miembros del futuro gobierno de Netanyahu «aplican lo que han hablado estos últimos años, vamos a estar enfrentados a muy serias dificultades y a la más extrema de las situaciones», advirtió el ministro egipcio en un debate de la asamblea parlamentaria euro-mediterránea reunida en la capital belga.
Frente a esa perspectiva de un gobierno israelí con la presencia de la extrema derecha, Gheit instó a la comunidad internacional a mantenerse firme y «oponerse a aquellos que quieren continuar la colonización y hacer fracasar la idea de dos Estados (palestino e israelí)».
Sin embargo, y por el momento, la Unión Europea optó por la prudencia y se dijo dispuesta a «discutir normalmente con un gobierno israelí que aceptaría trabajar por una solución con dos Estados», según el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana.
«Si ése no fuera el caso, la situación sería diferente», dijo Solana, presente en una reunión de cancilleres europeos en Bruselas.
En la misma sintonía, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel íngel Moratinos, indico que «hay que trabajar con todas las partes» y «respetar la elección democrática» de Israel.
«Vamos a esperar que podamos continuar dentro de los parámetros y de los compromisos de la comunidad internacional», agregó.
De su lado, el canciller francés Bernard Kouchner dijo que «será necesario trabajar con el gobierno israelí», deseando que éste «sea lo más abierto posible».
Netanyahu rechaza la idea de un Estado palestino y prefiere hablar de una «paz económica» que prevé la mejora de las condiciones de vida de los palestinos en Cisjordania.