En torno a Marhnos, De Frade y Giammattei


Q-Con la anotación «nos comprometemos a seguir mejorando nuestros servicios», concluye el aviso de la constructora Marhnos, que tiene en concesión el mantenimiento de la autopista Palí­n-Escuintla, al informar que a partir del pasado lunes aumentó las tarifas de peaje.

Eduardo Villatoro

Así­ de fácil. De sencillo. Sin complicaciones. ¿Y los usuarios?, callados como siempre, soportando los abusos de empresarios extranjeros, los mismos que son responsables del trágico fallecimiento de 23 humildes compatriotas, incluyendo niños y ancianos, que murieron la noche del 13 de agosto anterior, a causa de las pésimas condiciones de la rampa ubicada en ese tramo carretero.

Un fiscal del Ministerio Público pidió la captura de dos gerentes de esa empresa y un juez la ordenó, pero los mexicanos huyeron a su paí­s, mientras que los familiares de las ví­ctimas, del empobrecido barrio Peñate, del puerto San José, siguen esperando que se paguen las indemnizaciones pertinentes.

¿Y se enteró usted quién fue el que anunció y defendió ardorosa y cí­nicamente el aumento? Nada menos que el viceministro de Transporte, Roberto Dí­az, a quien la Gremial de Transportistas y otros sectores le han pedido su renuncia por negligente e incapaz.

Q-Si yo hubiese tildado de corrupta, inepta e irresponsable a la señora Rosa Marí­a de Frade, secretaria de Comunicación Social del presidente Berger, estoy convencido que de inmediato hubiera respondido airadamente en defensa de su honorabilidad.

Pero, como es usual en funcionarios públicos que creen que son dueños de los cargos temporales cuyos sueldos pagan los contribuyentes, y en vista de que a la señora De Frade la traté con toda amabilidad, ha de haber pensado que soy un pusilánime, y desde las alturas de su soberbia, no tuvo la mí­nima educación, que ya es mucho pedir, de responder a mi planteamiento, en el que le pedí­a que intermediaria con el presidente Berger, para destituir a ese trí­o de incompetentes funcionarios, comenzando con el viceministro Dí­az, que tienen a su cargo el transporte extraurbano de pasajeros, y por cuya indolencia han ocurrido decenas de accidentes carreteros con cauda de cientos de guatemaltecos muertos.

Durante décadas de ejercer el periodismo, he visto a tantos burócratas de altos vuelos, que después de cesar en sus cargos, su engreimiento ha devenido en fingida humildad.

Q-Como columnista me resulta presuntuoso afirmar desde mi espacio «se los dije»; pero esta vez dejo a un lado mi vulnerable modestia, para recordar que el sábado 30 de septiembre publiqué un artí­culo con el tí­tulo de «Giammattei, el candidato providencial».

Señalaba entonces que a raí­z del allanamiento a la cárcel de Pavón, el nombre del director general de Presidios habí­a llegado al estrellato del firmamento polí­tico, porque a él se le atribuyó la planificación, organización y ataque sorpresivo de aquel presidio, de suerte que a falta de figuras refulgentes en el pequeño universo de la GANA, el médico Alejandro Giammattei serí­a nominado candidato presidencial del partido oficial.

Y así­ ha sido; aunque este tema merece un artí­culo especí­fico.

De todas formas, ái se acuerda de mí­, don ílex, respecto a que fui el primer columnista que mencionó su nombre como presidenciable de la GANA, por aquello de que yo necesite un chance de inspector de cultivadores de remolacha o supervisor de sepultureros jubilados.

Q-Un sagaz polí­tico, aficionado a la filosofí­a, le dice al analista Romualdo Frade: Todo es relativo. El tiempo que dura un minuto depende del lado de la puerta del inodoro en que te encontrés.