En tensión por la llama y los honores parisinos al Dalai Lama


Bertrand Delanoe (I), alcalde de Parí­s, posa junto al Dalái Lama, en los actos de homenaje a este lí­der tibetano en Francia, lo cual le ha merecido crí­ticas por parte de China.

La tensión entre Francia y China por el caótico paso de la antorcha olí­mpica por la capital francesa se ha agravado el martes después de que Pekí­n expresara su «fuerte descontento» por el nombramiento del Dalái Lama y de un disidente chino como ciudadanos de honor de Parí­s.


«China comunicó su fuerte descontento y su firme oposición» a la iniciativa de la alcaldí­a de Parí­s de otorgar la ciudadaní­a de honor al lí­der espiritual de los tibetanos y al disidente Hu Jia, declaró la portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu, en rueda de prensa.

«Esta decisión es una grosera injerencia en los asuntos internos de China y atenta gravemente contra las relaciones franco-chinas», añadió la funcionaria, quien instó al gobierno francés a «adoptar medidas concretas para salvaguardar las relaciones» bilaterales.

La iniciativa llevada a cabo por el alcalde parisino, el socialista Bertrand Delanoe, echó por tierra muchos de los esfuerzos de ambos paí­ses por rebajar la tensión originada por el caótico paso de la antorcha olí­mpica por la capital francesa.

Los ediles del partido de Sarkozy, UMP (conservadores) se negaron a participar en la votación en la que se aprobó la concesión del tí­tulo de «ciudadano de honor» de Parí­s al Dalái Lama y a Hu Jia.

Hu Jia, de 34 años, comprometido en la defensa de los enfermos de sida, del medio ambiente y de la libertad de expresión, fue condenado a principios de abril a tres años y medio de cárcel por tentativa de subversión, tras haber publicado artí­culos crí­ticos en Internet.

El gobierno chino, sin embargo, se solidarizó con Francia tras las recientes manifestaciones frente a centros comerciales Carrefour en China.

«Recientemente algunos chinos, estudiantes especialmente, han lanzado espontáneamente acciones de protesta y llamadas al boicot contra los productos franceses. Creemos que pueden expresar su patriotismo de manera legal y razonable, pero no estamos de acuerdo con ciertos actos individuales radicales que tuvieron lugar en esas manifestaciones», aseguró la portavoz.

Manifestaciones antioccidentales se celebraron el fin de semana en diferentes paí­ses del mundo. Desde el pasado sábado se producen en diversas ciudades chinas concentraciones de protesta frente a centros Carrefour, cadena francesa que posee 122 hipermercados en China.

Algunos manifestantes quemaron y pintaron cruces gamadas en banderas francesas para protestar por la posición de Francia en el conflicto del Tí­bet y de los Juegos Olí­mpicos de Pekí­n.

Parí­s lamentó el lunes algunos «gestos», pero apeló a la «calma» y al «diálogo».

Sarkozy también tuvo un gesto conciliador, saludado por el gobierno chino, al enviar una carta de apoyo a la deportista discapacitada china Jin Jing, que se convirtió en una heroí­na en su paí­s por haber protegido la antorcha, desde su silla de ruedas, de los manifestantes pro tibetanos durante el caótico relevo de la antorcha olí­mpica por Parí­s el 7 de abril.

«Sarkozy solicitó al presidente del senado Christian Poncelet que entregara una carta a Jin Jing. Esto ha sido apreciado por el pueblo chino», declaró Jiang Yu.

«Usted ha demostrado un notable coraje que le honra, y a través de usted, honra a todo su paí­s», escribió Sarkozy en la misiva.

«Sarkozy ha hablado en términos elogiosos del coraje extraordinario de Jin Jing y ha condenado de manera firme el ataque» sufrido por la deportista, destacó la portavoz.

Sin embargo, la afectada declaró el martes al diario Beijing News que Sarkozy no le pidió disculpas formales. «(Sarkozy) expresó su lamento, su conmoción y su condena, pero no sus disculpas», lamentó Jin.