La elección del Director del Instituto de la Defensa Pública es importante. La selección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia es trascendente. La votación del Rector de la San Carlos es positiva. La designación de los magistrados de las Salas de Apelaciones es imprescindible. La definición del Fiscal General es primordial. Para Contralor General todavía falta un poco. Pero son procesos que quedan pequeños a la par de la integración que en breve se aproxima; la nueva conformación es, con mucho, lo más sobresaliente pues de alguna forma las resoluciones de ese cuerpo colegiado prevalecen sobre las decisiones que todos los demás toman. Es como aquel ojo sobre la pirámide que todo lo mira, es el final del camino de todos los conflictos jurídicos, el eje transversal de todos los engranajes. Me refiero a la Corte de Constitucionalidad. Esta instancia se renueva cada 5 años y el pasado 14 de abril tomó posesión el más joven y, por ende, último de los 5 presidentes anuales: Roberto Molina Barreto.
Por lo mismo, a once meses de su conclusión, ya se respiran las primeras brisas de aquellos huracanes que habrán de agitarse para la integración de la referida Corte que tiene una manera peculiar de conformar los 5 titulares que se designan por igual número de entidades: A) El Presidente de la República, que si bien puede escoger a quien quiera es claro que con la presión de los medios no va a escoger a «cualquiera» porque en el fondo no se trata de tener representantes o afines, se trata de integrar la referida Corte con el personal más solvente y conocedor. B) El Congreso de la República que ya estarán desplegando sus escaramuzas iniciales ¿Quién es buen jurista? ¿Quién es cuate? ¿Quién es del partido?; una elección muy difícil para ponerse de acuerdo 158 diputados. C) La Corte Suprema de Justicia, aunque son solo 13 miembros también se enfrascan en una decisión difícil. D) El Colegio de Abogados que deberá someterlo a una votación entre los casi 14 mil agremiados; esperamos que no se desplieguen esas campañas publicitarias con «financiamientos voluntarios» que a fuerza de marketing y compromisos traten de ganar la elección. E) La Universidad de San Carlos que fue la que presentó más problemas en la última elección.
Para integrar la Corte de Constitucionalidad se deben procurar cinco juristas probos, conocedores del derecho. Sin embargo es tanto el poder que irradia la Corte que lamentablemente se mezclan intereses de otra índole. Se oye decir que ya empezaron los compromisos, que muchas de las decisiones actuales están amarradas con apoyos futuros. Quién sabe. Y es que la nueva Corte va a acompañar el próximo período constitucional; la primera tomará posesión el 14 de abril del 2011 y el venidero período presidencial se inaugura el 14 de enero de 2012, o sea que durante ese año, el 2013, 2014, 2015 y 2016 van a ir de la mano como aquellas alineaciones planetarias que nos explican los astrónomos. A la nueva Corte le esperan muchas decisiones políticas muy difíciles. Esos 5 juristas (o al menos solo 3 en mayoría) tendrán la última palabra (tras impugnaciones o amparos ante el Tribunal Supremo Electoral), en aspectos tan trascendentales como la inscripción como candidata -en su caso%u2014de la esposa del Presidente; la inscripción y sanción a partidos políticos; impugnaciones durante el proceso electoral; etc. y su sombra habrá de proyectarse a largo de los 4 años del nuevo gobierno.