En realidad ¿Su voz está siendo escuchada?


La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por las Naciones Unidas en 1989 y ratificada por el gobierno de Guatemala en 1990, contempla en sus artí­culos 12 y 13 el derecho de las niñas y niños a ser escuchados y expresarse libremente, sin embargo, cabe preguntarse si todas las niñas y niños son escuchados y si se les da la oportunidad de participar en «en el mundo de los adultos».

Ligia Flores
Agencia La Nana

En Guatemala se han dado esfuerzos donde la niñez y la adolescencia ha sido protagonista en procesos reflexivos de discusión, donde han planteado demandas y propuestas para la solución de los problemas que los aquejan. Ejemplo de ello fue la creación del documento «Nuestra voz está siendo escuchada», en respuesta al mandato del Secretario General de las Naciones Unidas de consultar a la niñez y juventud mundial sobre el contenido del documento «Un Mundo Apropiado para la Niñez».

Para elaborar el texto los propios niños, niñas y adolescentes se reunieron, desde el año 2000 en Minicumbres y una Cumbre Nacional donde hubo actividades preparatorias, con grupos que representaron a sus comunidades, departamentos, regiones y a todo el paí­s. El escrito final incluyó el contexto, desde la perspectiva infanto-juvenil, sobre el cumplimiento de cada uno de los principios del documento mencionado y las demandas, propuestas y mecanismos para la construcción de un mundo menos excluyente.

El mismo fue presentado en septiembre de 2001, cuando finalizó el periodo de sesiones especiales de las Naciones Unidas sobre niñez y adolescencia, y de esa fecha quedó como compromiso, de las más de 18 instituciones de la sociedad civil, nacionales e internacionales que apoyaron este esfuerzo; continuar con el apoyo e impulso del protagonismo infantil y juvenil en Guatemala.

Amí­lcar Ordóñez, director de Save The Children Guatemala, asegura que este documento sirvió como base para la creación de la Polí­tica Pública y Plan de Acción Nacional a Favor de la Niñez y Adolescencia 2004-2015, «el documento fue parte de la lectura obligatoria para que se supieran las demandas, inquietudes e intereses de los niños, niñas y adolescentes», asegura.

Participación activa desde varios niveles

Las Comisiones Municipales de Niñez y Adolescencia, los Consejos Comunitarios de Desarrollo, COCODES, así­ como los Consejos Municipales de Desarrollo, COMUDES y en la recién creada Comisión Nacional de Niñez y Adolescencia, son algunos de los espacios donde la niñez y la adolescencia tiene participación activa, es decir, tiene voz y voto, según Ordóñez.

No obstante, instancias como las Comisiones Municipales, que tienen un promedio de entre 15 y 22 personas, deben representar a cada organización de la sociedad civil que exista en el lugar, en la mayorí­a de los casos únicamente hay dos niños, niñas o adolescentes formando parte de las mismas, afirma el entrevistado.

Con esto queda claro, que aunque existen esfuerzos, aún falta, mucho para que la opinión de niños, niñas y adolescentes se escuche, desde el propio hogar, escuela, comunidad, y en las instancias de gobierno.

«Se necesita una dirección clara, para lograr apertura en mayores espacios»

Entrevista

Amí­lcar Ordóñez, director de Save The Children Guatemala, quien junto a otros organismos nacionales e internacionales como PAMI, Plan Internacional, ACONANI, UNICEF, Childe Hope y Save The Children Noruega entre otros, hacen esfuerzos para que el derecho de la niñez a ser escuchada sea respetado y promovido, comparte algunas impresiones sobre el tema poco discutido.

¿Cómo hacer para que la niñez y adolescencia sea tomada en cuenta en todos los procesos que le afecten directamente?

Lo primordial es la organización de los niños y niñas, para que se les tome en cuenta desde sus comunidades, desde el ámbito local y municipal y sean capacitados para que tengan la aptitud de realizar propuestas. Es necesario que sean apoyados por organizaciones en un primer momento porque es un proceso de muchos años, pero vamos creando las bases de ese proceso.

¿Cómo modificar la percepción de los adultos, para que vean a niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos?

En la medida que más organizaciones sociales participemos y con una dirección clara, lograremos la apertura. Por ejemplo: en la Mesa de Municipalización trabajamos polí­ticas públicas municipales, y por varios años estuvimos estimulando a varios alcaldes, ahora ya existen alcaldes amigos de la niñez. Este grupo da mucha apertura a niños y adolescentes y año con año hay procesos de elección de alcaldes infantiles, para que conformen una pequeña corporación que presenta programas de trabajo y tiene mucha relación de las polí­ticas públicas municipales y se les da presupuesto para que los proyectos, de su plan de trabajo, sean implementados.

¿Cómo hacer conciencia en los adultos para que no confundan ese derecho y se revictimice a niños y niñas?

Es muy delicado, porque a los que han sido ví­ctimas de abuso, se les debe escuchar pero en las condiciones debidas, apropiadas, pues de lo contrario es un proceso doloroso. Esto se debe ir reflejando poco a poco en nuestras leyes y normativas.

Los medios de comunicación juegan un papel importantí­simo, porque en la mediad que conozcan informes como el presentado recientemente por las Naciones Unidas sobre violencia contra la niñez, tendrán conciencia sobre la forma en que deben actuar.

Entrevista

También platicamos con Pablo Cruz de 10 años y Marleny Silva de 17 años. Ambos son parte del equipo de niños, niñas y adolescentes comunicadores que produce y dirige el programa «Chispas al Aire», apoyado por Save The Children Noruega. Ellos coinciden en que a la mayorí­a de niñez y adolescencia se le priva de su derecho de expresarse, sin embargo, aconsejan, «debemos decir lo que pensamos, no quedarnos callados, ya sea en casa, en el colegio, o en cualquier lugar; pero siempre tomando en cuenta que debemos respetar la opinión de las demás», advierte Marleny.

La joven recalca que uno de los aspectos principales que los adultos deben tener en cuenta es que, tanto infantes como adolescentes, necesitan un lugar donde vivir, recibir educación, pero sobre todo, «tener afecto de las personas y convivir con personas que ayuden a su formación. Se nos priva de muchas cosas, y a la vez nos ofrecen diversidad de acciones que pueden ser dañinas», concluye la adolescente.

Aquí­ un extracto de la charla con Pablo Cruz, el «niño afortunado», como él mismo se describe cuando compara su situación, «privilegiada», con la del resto de niñez y adolescencia que no tiene las ventajas que él, pues ha sido capacitado sobre sus derechos y participa activamente desde un programa radial.

Pablo Cruz ¿Crees que las ideas y sentimientos de los niños, niñas y adolescentes son escuchados en Guatemala?

No, creo que muy poca gente apoya a los niños. La mayorí­a de la gente no nos toma en cuenta como personas, sino como «personitas» y hacen algo hasta que crecemos, pero la verdad es que tenemos pensamientos y sentimientos.

PC. ¿Cómo pueden hacerse escuchar los niños, niñas y adolescentes en nuestro paí­s?

Serí­a bueno que todos los adultos apoyaran a las organizaciones que ayudan a los niños. Es necesario también que los adultos nos escuchen y apoyen. Por ejemplo, nosotros nos hacemos escuchar por medio de un programa radial que se llama Chispas al Aire, y otras niñas y niños comunicadores lo hacen por medio de otros programas radiales.

¿Qué crees que las personas adultas piensan cuando los niños, niñas y adolescentes participan activamente y se expresan?

PC. No entiendo por qué, pero muchos adultos se sorprenden al ver proyectos como estos, si estamos en el siglo XXI. Los adultos dicen que es raro, no creen que podamos, y siempre piensan que uno no tiene la capacidad de expresarse, siguen creyendo que siempre tiene que haber un adulto allí­ para que las cosas salgan bien. Hemos demostrado que los niños comunicadores podemos expresarnos y participar.

¿Cuáles crees que son las principales necesidades de la niñez guatemalteca?

PC. Cariño, porque en su casa no se les da, también se necesita atención, y que se les permita expresarse. Hay niños y niñas a quienes sus padres les dan muchas cosas, pero no los escuchan, eso los hace pensar que no pueden hacer las cosas, y no sienten confianza en sí­ mismos.

Muchas veces se piensa que la niñez no puede buscar soluciones a sus problemas, y por eso no se le toma en cuenta para que hagan propuestas ¿Qué piensas cuando los adultos actúan de esta manera? 

PC. Sólo porque los niños no estamos preparados para dirigir, algunos adultos no nos respetan. Algunos, sólo por ser adultos, creen que tienen el poder sobre los niños. Aunque un niño no serí­a el mejor presidente, está en capacidad de dar una buena opinión.

¿Crees que el mundo es justo y apropiado para la niñez y la adolescencia?

PC. Lastimosamente no. El mundo es injusto para los niños y niñas porque a veces reciben muchas cosas pero no cariño, y otros sí­ tienen el cariño de sus padres, pero no tienen lo necesario para vivir y tienen que pedir en la calle y otros deben trabajar. Creo que los casos de niños afortunados son muy pocos en Guatemala. 

¿Qué sabes sobre la Convención sobre los Derechos del Niño?

PC. Que es un papel firmado por gente de muchos paí­ses donde dice que los niños tienen derecho a la vida, a la educación, a la salud. No sé de otros paí­ses, pero en Guatemala son pocos los niños y niñas a quienes se les cumplen estos derechos. Cuando el adulto no tiene tiempo, se rompe el derecho a la recreación, cuando el adulto no tiene dinero u oportunidades se le rompe al niño el derecho a la educación.

Artí­culo 12. «Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que le afecten, teniéndose debidamente en cuenta sus opiniones, en función de su edad y madurez», Artí­culo 13. «El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá a libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideraciones de fronteras ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artí­stica o por cualquier otro medio elegido por el niño.